Luego entonces, el 25 de diciembre celebramos la venida del Salvador o del Mesías esperado (que es el Hijo Eterno de Dios-Padre). Por ello, decimos “Feliz Navidad”, cuyo término procede del latín, como “Natividad” o gozoso Nacimiento de nuestro Redentor que con su entrega, Pasión, Muerte y Resurrección nos abrió las Puertas del Cielo.
Kennedy procedía de una familia católica y de origen irlandés. Éstas fueron un par de razones por la que, ante la opinión pública nacional, en un principio, no fuera muy bien aceptado.
No hay que olvidar que Dios es Infinitamente Misericordioso, pero, a la vez, Infinitamente Justo. Por ello, es importante no olvidar LAS POSTRIMERÍAS que tarde o temprano vendrán a nuestra existencia.
Otra genialidad de este célebre general fue alargar -lo más posible- esta conflagración y esperó a que llegara el invierno con sus nevadas porque los franceses no venían preparados para los rigores de este clima.
A continuación, comenzaba la operación de limpieza: regar, barrer, trapear las tumbas de los familiares difuntos hasta que quedaran muy limpias. Al terminar, se colocaban las flores. “Para que se note que realmente los queremos”, decía mi Tía la menor.