El amor debe prevalecer y centrarse en las personas: “¡Qué maravilla que existas!”.
Debemos y es necesario amar a las personas como son, incluso con sus defectos, queriendo el bien para ellas. Especialmente con nuestros amigos. De este modo, por nuestro auténtico amor, podemos ayudar a ese concreto amigo nuestro, a que supere sus defectos, y de modo especial el defecto dominante, para sea más feliz, si es que ya no lo es. La lealtad está muy unida a la fidelidad. Por eso se habla de amigo fiel.
Es de lealtad hacerle ver a ese amigo nuestro, esos defectos en una conversación sincera e íntima, llena de cariño. La única manera de que el amigo se decida a combatir el defecto o los defectos mencionados, es que él mismo se convenza de la necesidad de esa lucha.
No podemos forzar a que el amigo luche, pero si podemos ayudarle no solo con nuestro cariño y comprensión, sino también con la oración. En último término es solamente el “interesado” quien debe reconocer en lo íntimo de su conciencia esos defectos, especialmente el defecto dominante y luchar para convertirlo en virtud. El consejo no quita la libertad, pero si aporta nuevos elementos de juicio, que conviene agradecer.
Luego de oír el o los consejos, si hay verdadero amor es sencillo que el afectado acepte lo que le hacemos saber. Lo hará si existe verdadera amistad. Solo uno mismo puede decidir la conveniencia de comunicar los defectos a alguien que conoce. Por ello, es importante estar a su lado para ayudarle. Lo cual requiere comprensión y exigencia para enfrentarlo a la realidad.
La amistad que abarca a la persona por entero: es en el auténtico amigo con quien se habla sinceramente y se piensa en voz alta, Cuando nuestro amigo no nos entiende en lo más decisivo (por ejemplo, la religión), llega un momento en su vida en que se plantea esta incomunicación. Pero la amistad debe salvarse, aunque no se compartan las creencias: pero no pueden ignorarse. Al menos el afecto debe unir la amistad, porque es mejor esto que nada.
- La verdad existe: es inmutable y hay que descubrirla: son los dogmas.
- Lo opinable son verdades parciales.
- Los hechos admiten interpretaciones.
No se puede ceder en los dogmas (cfr. Josemaría Escrivá de Balaguer, Camino.., n.394)
Lo que se pide es ser consecuente con lo propio y estar dispuesto a dejarlo si descubrimos que nos encontramos en el error. Para poder ayudar al amigo, es necesaria una actitud de olvido de sí mismo, de cariño y confianza, esto es: de lealtad.
Como se trata de un servicio (amistad), no debemos esperar agradecimiento. Pero sí podemos rezar por el amigo para que cambie y rectifique.
Todo lo que no sea la persona del amigo que necesita ayuda, hemos de ponerlo en segundo término. Cuando se quiere a alguien, uno se encuentra más de una vez con la mente y el corazón con esa persona concreta y lo que a él le importa. P.ej. la novia, la madre, los hijos, el trabajo, etc.
Pensar en el amigo, sobre todo si requiere ayuda es algo maravilloso; porque ayuda todos necesitamos. El amigo ayuda a encontrar y seguir su misión al amigo.