Si mis pensamientos son positivos: atraeré personas y circunstancias positivas, en armonía con mis pensamientos. Si soy inconstante, si no pienso, si me dejo llevar, veré el mundo negro y me sucederán (porque yo las provoco) cosas indeseables.
En este sentido, me llama mucho la atención esos pantalones de mezclilla -muy caros, por cierto- y que las jóvenes desfilan por selectas avenidas, lo mismo que en las plazas comerciales de un nivel socioeconómico alto.
Es preciso responder a las dificultades con actitudes equilibradas: amor, sabiduría, lealtad, firmeza, justicia, amabilidad, paciencia, constancia, fortaleza, prudencia.
Muchas virtudes y valores que observamos hasta nuestros días, han nacido de la doctrina de Jesucristo. Por ello, se dice que vivimos dentro de la civilización cristiana.
Poseen entusiasmo. Los directivos maduros, prefieren hacer las cosas más por el bien que pueden hacer, que por entusiasmo.