Los seres humanos tenemos en nuestra misma persona una estructura de familia. Nuestro nombre revela cuál es nuestra identidad.
Parece que seguimos pensando que la maternidad es cosa sólo de las mujeres, y que ellas son las únicas responsables de la existencia de un embarazo, así como de las consecuencias presentes y futuras de esa realidad.
Nuestros padres nos han dado la herencia más valiosa que podían darnos, ya que, teniendo ellos la vida nos la quisieron compartir; sean cuales hayan sido las circunstancias, estamos vivos gracias a ellos.
La situación que hemos estado viviendo pone a prueba de qué categoría es el amor entre las personas y qué tan comprometidos estamos para cumplir aquello que libremente decidimos.
El ciclo de la vida es un maravilloso engranaje donde todos tenemos derechos y todos tenemos deberes de unos para con otros.