
El liderazgo persuade con el ejemplo, más que con discursos. Esto implica contar con controles fiables y medibles del avance de cada proyecto.
El liderazgo persuade con el ejemplo, más que con discursos. Esto implica contar con controles fiables y medibles del avance de cada proyecto.
Es sobretodo una cuestión psicológica. Por ello, uno se esfuerza en hacer crecer la virtud de la fortaleza. Descuidar las debilidades sería fatal, pues “el hilo se rompe por el punto más delgado.
El creativo deja afluir sus reacciones naturales ante los temas que nos interesan: dejar hablar a los temas. Observar los temas desde todos los puntos de vista. Hay que diferenciar la buena técnica de los trucos fáciles.
Si cada uno de nosotros no es Dios, es indudable que no nos bastemos, para alcanzar la vocación (perfección) a la que hemos sido llamados. No es suficiente saberlo, es imprescindible que la convicción (de seres necesitados, ¿quién no lo está?) prevalezca en el alma.
La alegría proviene de la unión con Dios y es consecuencia de la filiación divina, del abandono filial. Exige como sustentáculo una tranquila humildad.