
Someter a un juicio riguroso la parte del trabajo que especialmente se nos dificulta. Y decidir: ¿Puede eliminarse esta parte? ¿Puede mejorarse? ¿Puede delegarse?
Someter a un juicio riguroso la parte del trabajo que especialmente se nos dificulta. Y decidir: ¿Puede eliminarse esta parte? ¿Puede mejorarse? ¿Puede delegarse?
Nosotros mismos y la realidad no los podemos separar. El espíritu de conquista está en perfeccionarnos, para perfeccionar a las personas y a las cosas. Concéntrese en lo que pueda hacer en vez de pensar en lo que no puede hacer.
La creatividad se consigue estudiando mucho el aspecto que interese –sin perder la visión de conjunto-, para encontrar nuevos modos y/o caminos para hacer las cosas. No apresure la creatividad, la impaciencia es enemiga de la innovación.
Mantenga la congruencia entre lo que piensa, dice y hace. Los auténticos líderes hacen lo que dicen que harán, cumplen sus promesas, dan seguimiento a sus compromisos, tienen un sólido sentido de responsabilidad.
Para saber si nuestro ideal es algo que valga la pena –por el esfuerzo y las cosas que dejamos para hacerlo realidad-, es preciso las propias posibilidades con las necesidades de los demás, porque todos requieren recibir ayuda: nadie se puede sostener solo.