Cualquier pregunta o acción de un niño es una oportunidad maravillosa de advertir la riqueza de sus observaciones, la capacidad de relacionar lo que se les enseña.
La información veraz construye la ética de los comunicadores, y facilita al público opinar con justicia. Todos tenemos derecho a la verdadera información, a la que relata los acontecimientos tal como sucedieron.
Es muy triste ver a personas que han tenido muchas oportunidades –buen ejemplo en su familia, acceso a una educación cuidada en todos los niveles, buenas relaciones sociales, buen trabajo, buen matrimonio- y terminan abandonando todo eso influidos por malas compañías que les inducen a las drogas o a otros vicios que les atrapan.
La dignidad del ser humano requiere de un entorno proporcionalmente digno a la dignidad de cada persona. Esa dignidad del entorno se ha de construir en la familia.
El aprendizaje de la reclusión del año pasado por supuesto nos influirá. Las guerrillas desatadas en los pueblos influirán porque habrá heridos que repudiarán a quienes les han hecho daño.