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Ana Teresa López de Llergo

Tradiciones del día de muertos 2>

En el calendario universal de la Iglesia católica, el primer día del mes de noviembre es para celebrar a Todos los santos, y el día dos para rezar por los fieles difuntos.

En México la celebración de los difuntos es en el fondo una fiesta. Sí hay duelo y dolor, sin embargo, le damos a la muerte un carácter jocoso, cómico, alegre y también tenebroso. Me consta la sorpresa para otros países de este modo de vivir ese día, que además en México ocupa más de un día. Según las regiones son varios días previos al día 2. Unos dedicados a los niños, a los adultos, a los muertos por algún tipo de accidente o violencia y a los de muerte natural.

Es una celebración donde se nos muestra la gran sabiduría, respeto y discernimiento de los primeros catequistas españoles que vinieron a México. Supieron entender el dolor y la alegría, el respeto y la broma de los naturales de estas regiones y las conservaron enriqueciéndolas con la catequesis católica sobre la muerte. Su trabajo les costaría enseñar a discernir para desechar lo erróneo y desterrarlo. Esto no ha sido fácil y todavía algunos conservan supersticiones. 

El cultivo de las flores, el papel picado y todos los elementos de un altar de muertos es original en nuestro país. Es imprescindible poner la fotografía de quienes han muerto en el transcurso del año y además preparar los platillos que le gustaban. En algunos lugares en la puerta de la casa donde habitó el difunto se señala el camino para entrar con pétalos de flores de cempaxúchitl, para que el difunto recuerde el camino.

Además de respetar esas costumbres donde se manifiestan los vínculos familiares conservados aun después de la muerte, conviene descubrir el trasfondo de nuestras creencias y esperanzas. Dos son básicas, una derivada de la principal: Primera: Dios no quita lo que da. Segunda: por eso la vida no se termina, se transforma.

La muerte es el inicio de la transformación, el cuerpo se separa del alma, El cuerpo vuelve a la tierra y el alma recibe lo merecido por sus acciones que se revisan ante Dios en un juicio particular. Después del juicio hay tres opciones. Una entrar al cielo si la conducta en la tierra fue buena y con sus acciones rectificó y corrigió lo que no estaba bien aprovechando también la ayuda brindada por el mismo Dios. 

La segunda es purgar las faltas que no pudo compensar en su vida terrena y entonces sufrir las penas correspondientes hasta purificarse y poder entrar al cielo. A ocupara su sito que estaba vacante.

La tercera es la condenación eterna en el infierno, porque sus faltas fueron gravísimas y nunca quiso rectificar, ni quiso escuchar la Voz de Dios en su conciencia y murió impenitente.

Al final del tiempo habrá un juicio universal, donde ante todos quedarán patentes las acciones de cada persona. Al juicio acudirán las almas juzgadas particularmente ya unidas a sus cuerpos que resucitaron, pues para toda la eternidad cuerpo y alma unidos se ubicarán en el sitio que se ganaron: cielo o infierno. Esa es la vida eterna.

Lo mejor es rectificar y enderezar la vida antes de que se separen nuestro cuerpo y nuestra alma. Por eso se puede ayudar a los demás rezando para que cambien de vida, reconozcan sus pecados y rectifiquen poniendo remedio a los males cometidos.

Para ayudarnos, porque todos tenemos culpas es bueno rezar unos por otros. Y por las almas que pagan sus culpas en el purgatorio podemos hacer sufragios, esto es rezar u ofrecer sacrificios para que se les acorte el tiempo y salgan antes al cielo. La tradición señala que el más grande sufrimiento en la tierra es mucho menor que el sufrimiento más leve del purgatorio.

Pero acertamos al festejar a los difuntos porque morir es pasar a mejor vida…si reparamos nuestros pecados. Allí está el detalle.      

CUIDARNOS 2>

Cuidarnos es una palabra hermosa. Encierra una gran riqueza de significados y conviene detenernos para reflexionar sobre ellos, porque debido a las condiciones actuales de nuestra sociedad resultará una palabra muy usual y al acostumbrarnos a usarla podemos desgastarla e ignorar todos los aspectos que contiene.

En primera instancia cuidarnos puede enfocarse a la responsabilidad consigo y eso es una necesidad básica. Cuando alguien tiene un problema sobre todo relacionado con la salud es absolutamente natural y conveniente pensar primero en uno mismo. Aunque es necesario evitar el egocentrismo propio de quien se siente enfermo o imposibilitado.

También cuidarnos tiene una referencia hacia los demás, con quienes se establecen redes de relaciones recíprocas. Esta dimensión social es mucho más imperativa e importante y tiene prioridad porque desde nuestro nacimiento hemos gozado de la atención y ayuda de los demás, no solo en lo extraordinario sino en lo ordinario. Sin esos cuidados no hubiéramos sobrevivido.

A continuación, revisaremos los contenidos encerrados en la palabra cuidarnos. Luego veremos algunas cualidades necesarias para ser cada uno un sujeto activo de la acción de cuidar y también un sujeto pasivo que facilite que le cuiden.

Cuidarnos sugiere observar con afecto y detectar necesidades. Lo siguiente es ver el modo de hacer algo para minimizar las carencias o incluso enseñar a cada quien a resolverlas. Con frecuencia se fundan instituciones cuando se descubren a muchas personas con las mismas necesidades, e incluso resultan medidas muy eficaces para afrontar o prevenir las causas de tales problemas.

La actitud de cuidarnos sugiere cercanía, interés hacia el otro y desinterés hacia uno mismo, compromiso, afecto, misericordia, comprensión, paciencia, perseverancia, tino, amabilidad, … Todo esto y mucho más son cualidades muy bellas y positivas. Fomentan paz y gratitud.

Muchas de todas estas actitudes se viven en la familia. Si faltan algunas es muy oportuno adoptarlas. Aquí está la base de forjar buenas personas para contar con buenos ciudadanos.

Algunas cualidades necesarias para ser un buen cuidador pueden ser la de dar importancia a los compromisos pequeños o grandes y en primera instancia cuidar la puntualidad. En la relación mantener una actitud positiva, aunque la otra persona actúe negativamente, el autocontrol es indispensable para evitar conflictos. La sonrisa es imprescindible. Todo esto en el cuidador y en el cuidado.

Detectar lo positivo y dar las gracias siempre, del mismo modo admitir los errores y pedir perdón, también siempre.  Esto implica estar muy atento a los demás y a las circunstancias. Cuando algo resulta mal es importante aprender de los errores para evitarlos en lo sucesivo y, si es el caso aceptar las correcciones.

Siempre mantener el entusiasmo por lo que se hace. Es demandante y difícil, pero importa más la perseverancia.

Hogar y patria 2>

La necesidad de pertenencia es una característica de los seres vivos. Los vegetales sin saberlo tienen el vínculo con su entorno porque necesitan unas condiciones especiales para su permanencia, conservación y reproducción. Esas condiciones por ejemplo son: el suelo, el clima con un determinado rango de temperatura, humedad y cercanía de otras especies.

Los animales también tienen semejantes necesidades para subsistir y reproducirse en concretos entornos, así como de la presencia de otras especies animales que puedan servirles de alimento o de variados tipos de simbiosis. Como algunas aves que requieren de objetos concretos para hacer sus nidos.

El ser humano coincide en esas necesidades, aunque por su inteligencia y su voluntad puede aprovechar los recursos naturales y transformarlos para adecuarlos a su estilo de vida. Además, aprovecha los descubrimientos de otros para mejorar su entorno como los aparatos para regular la temperatura o para comunicarse a distancia. Aplica su creatividad para decorar y proteger su intimidad.

Hay dos territorios característicos de los seres humanos: el hogar y la patria. El hogar es un espacio donde se distribuyen determinadas zonas para realizar las actividades naturales de los miembros de una familia. Actualmente se han generalizado casas de estudiantes que se desplazan a sitios alejados de la familia de sangre e imitan algunos aspectos de los hogares.

La patria es una circunscripción amplia ubicada en una zona concreta de la tierra y ofrece características naturales como el paisaje, el clima y mucho más, donde los habitantes diseñan zonas comunes para facilitar el acceso a los productos necesarios para la subsistencia y adoptan un modo de gobierno para garantizar la buena marcha de la vida y satisfacción de las necesidades.

Obviamente en el mes de septiembre en el que los mexicanos conmemoramos el reconocimiento de nuestra identidad como nación, es importante festejar, pero mucho más importante es pensar cómo son nuestras personales actitudes para hacer de nuestra patria un auténtico territorio al que cuidamos y mejoramos para unos y otros hacernos mejores personas.

Así como un hogar bien constituido atiende a todos y cuida de la salud física y espiritual sin excluir a ninguno, así nuestra patria ha de lograr la paz y la armonía de todos también propiciando instituciones que nos ayuden a estar bien física y espiritualmente. En el hogar eso es posible si todos colaboran, lo mismo podemos decir de nuestra patria: es necesaria la colaboración de todos.

Estas reflexiones nos han de mover a revisar con sinceridad nuestro modo de actuar para facilitar a los demás ser buenos miembros de la familia o buenos ciudadanos de la patria. Son dos tesoros en nuestras manos que por ser tan naturales no los valoramos suficientemente. Es el momento de hacerlo y animar a nuestros seres queridos a cooperar también.