Casa Refugiados, un apoyo para quienes dejaron su país
Por: Sofía Ortega Rodríguez
Fotografía: Derechos Reservados, Casa Refugiados AC y del ACNUR
La vida de una persona que se encuentra en una situación de desplazamiento forzoso es difícil por las condiciones que lo obligan a salir de su hogar. Verse obligado a abandonar su país, familiares o costumbres para buscar una vida en paz no es una decisión sencilla. Conlleva a la incertidumbre de llegar a otro país del que no se conoce mucho, en donde las fronteras no son amigables si no se cuenta con toda la documentación y en el que no se tienen relaciones familiares cercanas.
Las razones para tomar la decisión de salir del propio país son varias. Desde la recepción de amenazas o extorsiones por bandas delictivas, guerras civiles, hambruna, guerra, discriminación o cambio climático. Si bien, el panorama de salida no es alentador, hay que reconocer la valentía de estas personas y, en algunos casos grupos familiares, aceptando que las sociedades que los reciben pueden beneficiarse de sus aportaciones culturales y de sus habilidades laborales.
Un ejemplo de esta búsqueda de conciencia y sensibilización entre la población mexicana de las aportaciones de los refugiados a México es Casa Refugiados, una organización civil con sede en la Ciudad de México, que impulsa a través de talleres sensibilizar sobre el tema de la no discriminación a las personas refugiadas y, con otras actividades abrir la participación de ellas a la sociedad mexicana.
Promoción los derechos y la no discriminación de las personas refugiadas
Casa Refugiados vio sus inicios con José Luis Loera, actual coordinador del programa, quien tras una serie de experiencias en la zona de los Balcanes en Europa del Este con el tema de los desplazamientos forzosos consecuencia de la guerra que ahí ocurrió en la década de los noventa del siglo XX. Al regresar a México decidió fundar un espacio para atender a las personas que salían de sus países, por ejemplo, Guatemala, de manera forzada.
Desde su constitución en el año 2012, la Casa colabora de manera estrecha con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para gestionar los recursos de apoyo para las personas refugiadas.
Entre las acciones que lleva la Casa se encuentran:
– Talleres, como el que se llama Travesías, a grupos, escuelas y empresas para sensibilizar sobre la no discriminación hacia las personas que solicitan su condición de refugiados.
– Asistencia humanitaria, que consiste en proporcionar recursos básicos para garantizar la subsistencia digna de las personas como pueden ser: alimentos, gestionar los espacios para dormir e información para tramitar sus documentos de estancia legal en el país. Este tipo de ayuda es temporal y se dirige a fortalecer a las personas para que puedan obtener sus propios recursos de manera independiente.
– Proyecto de integración, en el cual se les ayuda a las personas refugiadas a recuperar, legalizar o a sacar documentos que les puedan servir para estudiar o trabajar. Se les invita a charlas y actividades deportivas con lo cual se verifica un ambiente para hablar sobre salud emocional y física, acceso a derechos y otros temas que los inquieten en su vida diaria.
Las acciones de la Casa se apoyan de voluntarios locales y personal que generan espacios de confianza, enseñan la ciudad y ayudan a las personas a sentirse parte de sus barrios y localidades. Buscando que la integración sea rápida y basada en la confianza de un presente mejor.
Retos para los refugiados en la sociedad mexicana
Loera, comentó en entrevista para Somos Hermanos, que las actividades de la Casa crean momentos de encuentro entre las personas refugiadas y los locales, ya que al facilitar este contacto se da la integración y aceptación de las diferencias.
Una de las causas por los que se tiene en algunos lugares una imagen negativa de las personas refugiadas es la desinformación. Como consecuencia de ella, se les niega el apoyo, por ejemplo, muchas empresas desconocen que se puede contratar a personas refugiadas y que ellos también tienen derechos, y que incluso el documento que se les da al momento que ellos solicitan la condición de refugiados funciona como identificación y se las da también CURP.
Este desconocimiento por parte de dependencias de gobierno, empresas, personas y otras organizaciones es uno de los retos para el trabajo que Casa Refugiados ha venido llevando.
Otro reto, es la carencia de recursos, hay momentos en los que casi no tienen donaciones, y necesitan materiales o comida. En el espacio físico de la Casa llegan personas desplazadas a las que se les ofrece comida, despensas y un lugar para dormir. Todo ello requiere de insumo.
Al apoyar el trabajo con personas refugiadas, se eliminan prácticas que atentan a la dignidad como son: estancia de manera irregular en el país, explotación, esclavitud por parte de bandas de crimen organizado, trata de personas o prostitución.
Es importante entender que los refugiados también le retribuyen a la sociedad, al pagar impuestos, al consumir productos locales, al pagar el IVA pero sobretodo el gran aporte cultural que le generan a las localidades donde residen.
Página web: http://casarefugiados.org/
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