Cambian la jugada a las OSC al reducir recursos

27 diciembre, 2018

Por: Yo Influyo

No todos los mexicanos tienen a su alcance las oportunidades para lograr un desarrollo humano integral debido a que carecen de recursos económicos, acceso a la educación o trabajo, problemas de salud o porque tienen alguna discapacidad condición que independientemente de su valía y talentos se enfrentan a muchas puertas cerradas que les permitiría vivir en mejores condiciones y valerse por sí mismos para realizarse y progresar.

Frente a esta lacerante realidad en nuestro país existen las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) que conforma gente consciente de las necesidades que existen en su entorno y con un sentido de urgencia, han puesto manos a la obra con acciones concretas para apoyar a quienes nadie ve ni mucho menos ayuda. Estas instituciones llevan a cabo un trabajo de asistencia social que el gobierno por sí solo no puede realizar, y gracias a esta labor muchas vidas se han transformado positivamente.

Los datos hablan

De acuerdo al Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol) a principios de 2018 se tenían registradas en México 35 mil 727 OSC, las cuales están reguladas por la Ley Federal de Fomento a las Actividades Realizadas por Organizaciones de la Sociedad Civil (LFFAROSC) publicada en 2004.

El investigador de la UNAM, Pablo Armando González Ulloa Aguirre, asegura que en 2016 en México existían 27.7 OSC por cada 100 mil habitantes, mientras que en Estados Unidos la proporción es de 670 OSC y en Chile de 650 por el mismo número de habitantes.

El Comparative Nonprofit Sector Project realizado en 34 países por la John Hopkins University, establece que México es uno de los países con menor presupuesto asignado a las OSC, como parte proporcional de su ingreso nacional. Solo 8% de los recursos provienen del sector público, muy lejos de los países de América Latina y Europa que ronda entre el 15 y 35%.

A pesar de esta realidad, y en una inédita manera de presentar, repartir y votar el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), se decidieron cambios importantes que impactarán en una disminución e inclusive desaparición de recursos para programas de apoyo a grupos vulnerables.

En la mira

Después de las elecciones en las que Andrés Manuel López Obrador ganó la Presidencia de la República por una amplia mayoría, así como el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) obtuvo la mayoría de la Cámara de Diputados y el Senado, se advertían cambios revolucionarios, tan es así que quienes militan en esta fuerza política bautizaron como la Cuarta Transformación.

En un análisis elaborado por la Fundación Heinrich Böll después de los resultados electorales asegura que “vale la pena llamar la atención sobre la predilección de AMLO por los movimientos sociales corporativizados (sindicatos, organizaciones campesinas, organizaciones de comerciantes, entre otras) que se han constituido en una importante base social de su movimiento. En contraste, ha declarado públicamente su recelo hacia lo que llama ‘la sociedad civil fifí’, organizaciones con financiamiento externo, altamente profesionalizadas y con buena capacidad de incidencia en la agenda pública; es decir, una buena parte del tipo de organizaciones con las que trabaja la fundación.

“El enorme respaldo social que conlleva la alta participación electoral puede despertar en el nuevo gobierno la tentación de prescindir de este tipo de organizaciones como mediadoras en el diálogo con la sociedad. Un importante reto para quienes integran las organizaciones de la sociedad civil (OSC), en estos meses de transición y una vez que el nuevo gobierno asuma sus funciones, será encontrar los canales y las formas adecuadas para el diálogo y mantener la autonomía en sus acciones y opiniones”.

Un año difícil

Después de la aprobación del presupuesto gubernamental para 2019 el reto para las OSC será mayúsculo, sostener las obras que realizan para unas será difícil y para otras más imposible, pero más allá de eso será importante evitar que la función que la ciudadanía de manera organizada realiza no se desdibuje y su labor no sea malamente absorbida por otro tipo de entidades que persiguen intereses políticos o de poder, dejando de lado la solidaridad y reconstrucción del tejido social que día a día realizan cientos de instituciones de asistencia privada.

Las OSC son fundamentales en la promoción humana de quienes viven en extrema pobreza pasando por las que son víctimas de violencia como muchas mujeres o migrantes, o la gente que requieren apoyos especiales para reinsertarse en la sociedad a pesar de sufrir alguna discapacidad física o mental que los pone en desventaja para estudiar o conseguir un trabajo. La labor que llevan a cabo estas instituciones es “enseñar a pescar” y no solamente dar un pescado.

Con las nuevas condiciones las OSC deberán redoblar esfuerzos para continuar trabajando, pero realmente los más afectados serán los destinatarios de los apoyos que estas instituciones realizan ya que no están esperanzados a una despensa sino a aprender a desarrollar habilidades que les ayuden a ser competitivos en la sociedad.