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Los Beatles: medio siglo de una leyenda musical 2>

Los Beatles: medio siglo de una leyenda musical

Raúl Espinoza Aguilera

Blog: www.raulespinozamx.blogspot.com

Georgina vivía en Los Ángeles. Los veranos los solía pasar en mi tierra natal de Sonora. Era sobrina de unos vecinos míos y amiga mía. Ambos éramos adolescentes. Cierto día llegué a su casa y me invitó a escuchar dos álbumes: “Conoce a los Beatles” (I y II).

Me comentó que en Estados Unidos los Beatles eran todo un espectáculo musical por su manera tan original de cantar a varias voces y que tenían a millones de seguidores. Además  habían generado un fenómeno sociocultural llamado “La Beatlemanía”.

Pero por más que yo escuchaba esas canciones no me acababan de gustar. Me parecían producto de todo un montaje publicitario.

En la Navidad de 1963, mi madre me dijo: -Te traje como regalo este disco de un grupo inglés que está causando sensación en todo el mundo, Los Beatles. Me dijo el dependiente de la tienda que continuamente se le agotan todos sus discos.

Así que ella me entregó el álbum, titulado: “La noche de un día difícil” y lo escuché detenidamente. Había canciones de mucho ritmo y con gritos. Pero hubo una en especial que me llamó la atención por su calidad musical: “Y la amo”.

Después fueron apareciendo otras melodías mejor elaboradas, como: “Ayer”, “Michelle”, “Eleanor Rigby”, “Bosques Noruegos”, “En mi vida”, “Ella se va de casa”, “Un día en la vida”, “Mientras llora mi guitarra”, etc. y me percaté que se trataba de un grupo musical que valía la pena seguir de cerca sus composiciones.

Es este año 2012 se cumplen 50 años en que Los Beatles lanzaron su primer éxito: “Ámame”. En un principio se notaba claramente la influencia musical que habían recibido de Elvis Presley, Chuck Berry, Little Richard, Carl Perkins, Roy Orbinson… Incluso vestían con chamarras de cuero, botas altas, y se peinaban el copete con abundante vaselina al estilo de los  años cincuenta.

Un día fue a verlos actuar a Liverpool, un promotor musical llamado Brian Epstein. Y después comentaría: -Me di cuenta que esos cuatros jóvenes (John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Star) tenían “dinamita pura” porque conmocionaban y electrizaban a sus fans en aquel modesto bar llamado “La Caverna”. Así que les propuse ser su representante y al poco tiempo aceptaron.

Indudablemente, éste fue un acierto en la carrera musical de Los Beatles porque Epstein tenía un talento especial para el marketing y la publicidad. Él fue quien les diseñó el nuevo corte de pelo que los hizo famosos, los sacos sin cuello, posters, pins…y, sobre todo, les enseñó buenas maneras y modos adecuados de comportarse ante sus seguidores. En resumen, los convirtió en un producto vendible para el mercado internacional.

Con su éxito “Quiero estrechar su mano”, de inmediato, de Estados Unidos solicitaron su presencia. Un año clave para ellos fue 1964 en que hicieron su primera gira por la Unión Americana y se presentaron en el  popular programa “Ed Sullivan Show” con millones de teleespectadores.

Con esa gira saltaron a la palestra internacional y  pronto de muchos otros países los invitaron, como las principales naciones europeas y de tan lejanos países como Australia, Japón, Filipinas…

¿A qué factores se puede atribuir su relampagueante éxito? 1) comenzaban a surgir por todo el mundo las cadenas de televisión y de radio con alcance multinacional. Se distribuían los materiales musicales con mayor rapidez y eficacia. El mundo se comenzaba a globalizar; 2) Particularmente John Lennon y Paul McCartney tenía un talento fuera de serie para componer con calidad y a gran velocidad; 3) Los Beatles trabajaron arduamente semana tras semana para componer, grabar, darse a conocer ante los medios de comunicación y realizar sus giras; 4) La contratación de George Martin fue otro verdadero logro porque les ayudó a mejorar en sus composiciones y en los arreglos musicales ya que tenía conocimientos de música clásica. Le han  llegado a llamar “el quinto Beatle” por su importante contribución con su creatividad y constante espíritu de innovación que le imprimió a este conjunto.

Se dice que una entrevista que los cuatro tuvieron privadamente con el músico y compositor del folk-rock, Bob Dylan les dio un giro de ciento ochenta grados. Los Beatles le preguntaron qué opinaba de sus melodías. A lo que Dylan les respondió con ironía: “Me parecen tontas cancioncillas de amor. Considero que tienen que mejorar mucho en sus contenidos. Ustedes están ahora a la vista  de todos los jóvenes y les recomiendo que produzcan canciones con más mensajes de fondo”.

En 1967, ellos produjeron su álbum “El Club de los Corazones Solitarios” que constituyó un cambio notable en su música. Decía un crítico de esos años sesenta: “En un principio, la música de Los Beatles era sólo para bailar y pasar un rato agradable, pero ahora, las letras de sus canciones son para sentarse y estudiar concienzudamente sus contenidos.

Sacaron también al mercado otros álbumes de ese corte, como: “Revólver”, “Alma de Goma”, “El Álbum Blanco”, “Viaje Mágico y Misterioso”, “Déjalo ser”…

Por sólo mencionar dos melodías con mensaje. En “Todo lo que necesitas es amor” es una propuesta de paz y amor contra el ambiente belicista que reinaba en diversas partes del mundo. En “Revolución” se busca brindar una respuesta a los jóvenes que estaban siendo “bombardeados” por el marxismo-leninismo, principalmente en los centros de enseñanza superior, y Lennon y McCartney dicen –en líneas generales- en esta conocida melodía: “Si quieres cambiar el mundo, muéstrame tus planes y con gusto escucharé tus proyectos. Pero si me hablas de que la solución se encuentra en la violencia, en que hay que tomar las armas, entonces no cuentes conmigo”.

Resulta  casi interminable la lista de grupos y artistas que recibieron la influencia de Los Beatles, como: Billy Joel, Elton John, Bee Gees, Byrds, Pink Floyd, Genesis, U2, Eric Clapton hasta Cold Play.

En 1965, la Reina Isabel II los designó “Miembros de la Orden del Imperio Británico” por su importante contribución a la cultura popular y al erario público de Inglaterra ya que, como es de suponerse, los llamados “Cuatro Genios de Liverpool” pronto se convirtieron en prominentes millonarios.

A medio siglo de distancia, me llama la atención cómo a muchos jóvenes del siglo XXI les atrae  y les gusta la música de Los Beatles. Considero que, sin duda, se debe a su notable calidad musical  y porque este grupo constituye ya toda una leyenda que ha marcado un hito en  la sociocultura contemporánea.

¿Qué cara tiene el demonio? 2>

¿Qué cara tiene el demonio?

Raúl Espinoza Aguilera

Blog: www.raulespinozamx.blogspot.com

Hace poco me comentaba un amigo, que yendo de compras por un mercado en una colonia popular, se sorprendió porque -en un oscuro y discreto rincón- se había  encontrado a un grupo de personas adorando una pequeña escultura de Lucifer.

Me vino a la memoria que en España, hace años, conocí a un sacerdote que –además de ejercer sus funciones pastorales ordinarias- tenía permiso del Obispo para atender casos de posesión diabólica y nos narró algunos exorcismos que realizó.

Comenzó diciendo que para abordar cada uno de esos casos, era preciso hacer mucha penitencia y oración; que hacía rigurosos ayunos y le pedía su gracia al Señor en la Santa Misa y, de modo particular, al comulgar en la Eucaristía.

Recuerdo un caso que nos contó. Se trataba de un estudiante que comenzó a asistir a sesiones de espiritismo. Con el  tiempo, sus compañeros de departamento que asistían a la misma universidad se enteraron y lo comenzaron a notar raro. Por ejemplo, cada vez que se hablaba de Dios, de la Virgen María o de religión en general, se irritaba al extremo de gritar blasfemias e insultos.

Ellos llegaron a la conclusión que estaba endemoniado. Como a esas edades no se mide el peligro por falta de formación teológica, a esos compañeros se les hizo muy fácil actuar por su propia iniciativa.

 Un día que el extraño universitario  estaba muy concentrado estudiando, uno le echó por la espalda       –con una jeringa- agua bendita (de nada huye tanto el demonio como de la oración y el agua bendita) y el otro le llamó para que volteara y le mostró un crucifijo.

El estudiante raro tuvo una reacción completamente inesperada: dio un enorme grito de terror y, desde un primer piso, se lanzó al vacío rompiendo los cristales.

Los compañeros universitarios llamaron de inmediato a una ambulancia y fueron corriendo a contarle al presbítero exorcista de lo ocurrido. Por supuesto que les hizo ver  la grave imprudencia que habían cometido “porque con el demonio no se puede jugar” –les comentó.

El sacerdote fue de inmediato a la clínica universitaria y charló largamente con el joven. Éste, en un principio, le insultaba y se mostraba  agresivo y violento.

-¿Quién eres? –se encaró el exorcista con el demonio a través del joven poseso.

-Me llamo Asmodeo y a éste le tengo agarrado por la garganta. No te podrá responder a nada de lo que le preguntas. –le contestó con voz carrasposa.

Pero gracias a la perseverancia de este sacerdote que hizo mucha oración y mortificación, finalmente el muchacho le confesó acerca de las invocaciones al demonio que habían hecho un grupo de personas y él durante las sesiones espiritistas.  Y finalizaba  este presbítero narrando que tardó un buen número de semanas hasta lograr el exorcismo con este universitario y que volviera a llevar una vida normal, con un nuevo acercamiento a Dios.

También, me acordé que en una reunión de sacerdotes de una conocida parroquia de Guadalajara, salió el tema de la práctica de “La Ouija”. A mucha gente le parece un “juego inocente”. Pero un presbítero relató que un día le llegó a su iglesia una señora acompañada de su hijo de unos 11 años. La madre le explicó que por temporadas estaba bien, pero que a menudo se ponía a hablar en una lengua extraña.

El sacerdote interrogó privadamente al niño y éste le reveló que, a través de “La Ouija” le pedía favores al diablo.

Con ocasión de este lamentable suceso y otros similares, algunos sacerdotes decidieron reunirse con padres de familia de sus respectivos templos para que orientaran bien a sus hijos acerca de la gravedad que encerraba este aparente juego.

¿Cuál es mi intención al describir estos hechos? Que existe una realidad innegable: el diablo existe y actúa en las personas y en la sociedad. Es un ser personal y concreto, de naturaleza espiritual e invisible, y que por su pecado se apartó de Dios para siempre. Su actividad es misteriosa, pero real y eficaz. Busca encaminar al mal y, por tanto, al Infierno a las almas.

Por otra parte, quizá sea el mismo demonio el más interesado en que ahora se considere al Infierno (el lugar de la Condenación Eterna después de la muerte, con indescriptibles penas y sufrimientos físicos y morales), como una “leyenda para asustar a los niños” o algo completamente superado para estos tiempos modernos.

¿Cómo actúa el demonio? Es el primer causante de las perversiones, los odios y las rupturas que se producen en las familias y en la sociedad.

Además, como sabe que las mujeres y los hombres anhelan la felicidad, les presenta bienes falsos y una felicidad ficticia por medio de las tentaciones. Cuando las almas caen engañadas bajo sus seducciones, aquel supuesto bien se torna siempre en soledad y amargura porque fuera de Dios no existen ni pueden existir ni el bien ni el mal verdaderos.

Pero el poder del demonio es limitado y también él está bajo el dominio y la soberanía de Dios, que es el único Señor del universo y a quién debemos adorar.

El santo Cura de Ars escribía que “el demonio es un gran perro encadenado, que acosa, que mete mucho ruido, pero que solamente muerde a quienes se le acercan demasiado”.

Pero Cristo -con su Pasión, Muerte y Resurrección- es el verdadero vencedor del diablo. El Señor nos ha dejado muchos medios espirituales para vencer frente a las asechanzas del Maligno: la oración, la mortificación, la recepción frecuente de la Eucaristía, el Sacramento de la Reconciliación y el acudir a la Santísima Virgen María.

Por otra parte, existe una realidad maravillosa: ¡somos hijos de Dios! Si acudimos a Él con confianza, si nos arrepentimos de nuestras faltas, si lo buscamos y realmente lo amamos, obedeciendo a sus Mandamientos,  entonces no tendremos nada qué temer ni a Lucifer ni a las adversidades de la vida.

Todo lo contrario, nuestro paso por la tierra se llenará de seguridad, paz y alegría. De esa paz que les transmite Jesucristo a sus discípulos en todas las ocasiones en que se les aparece, después  de su Resurrección: “La paz esté siempre con ustedes”.

Tener la valentía de confesar abiertamente la fe 2>

Tener la valentía de confesar abiertamente la fe

Raúl Espinoza Aguilera

Blog: www.raulespinozamx.blogspot.com

En la pasada Semana Santa, asistí a la Vigilia Pascual en una conocida iglesia y –para mi sorpresa- dos bancas más adelante se encontraban participando en la Santa Misa, el Presidente de la República, Felipe Calderón, la Primera Dama, Margarita Zavala y toda su familia.

Fui testigo de que no asistió ningún medio de comunicación para dar difusión a este hecho. Quedaba de modo patente  que ellos asistían, con plena libertad, a un acto religioso íntimo y familiar.

Se comportaron con toda naturalidad durante el Santo Sacrificio del Altar. Al momento de dar la paz, lo hicieron con las personas que se encontraban a su alrededor. Luego se levantaron para recibir al Señor en la Eucaristía.

Al término de la Misa, Margarita Zavala –en su camino de salida- saludó a personas conocidas y desconocidas. Un amigo mío, en silla de ruedas, al que lo acompañaba su enfermero y muchos otros fieles más, recibieron una sonrisa y un afectuoso saludo de la Primera Dama con toda espontaneidad y naturalidad.

Pensé para mis adentros: ¡Qué extraordinaria sencillez tiene la esposa del Presidente! Además de ser una persona inteligente, buena esposa y responsable madre de familia,  me preguntaba: ¿los mexicanos nos habremos percatado a fondo de toda su valía como mujer y como católica?

Ya me habían dicho que el Presidente y su familia de ordinario asisten a la Santa Misa los domingos y a los Oficios de la Semana Mayor en diversas iglesias del Poniente de la ciudad, pero hasta ahora no había  coincidido con ellos.

Me vino a la memoria, por contraste, el recuerdo de que el Presidente Calderón ha sufrido en carne viva numerosas calumnias contra su persona. Por ejemplo, al principio de su Mandato, se decía que era agnóstico y que había perdido la fe cuando era joven. También se ha comentado que está vinculado a grupos protestantes. De la misma forma, se ha difundido el falso rumor que es un bebedor compulsivo y que -desde el medio día- laboralmente ya no se puede contar con él.

Sería interesante investigar de dónde proceden todos esos infundios para desprestigiar su imagen presidencial. Porque observo que esos ataques son constantes y sistemáticos.

Lo cierto es que, en repetidas ocasiones, Felipe Calderón ha declarado abiertamente que es un católico practicante. Hace mención de Dios en sus discursos y sabe convivir amigablemente con el Nuncio Apostólico, así como con los cardenales y obispos.

Considero que la gran mayoría de los mexicanos estamos sumamente agradecidos acerca de la manera tan amable y cordial con que el Presidente y su esposa recibieron y trataron al Papa Benedicto XVI durante su estancia en México.

Lo mismo podemos decir de las autoridades eclesiásticas y del esfuerzo organizativo del –en ese entonces- gobernador de Guanajuato y su equipo de colaboradores, de diversos funcionarios de la Secretaría de Gobernación, del Estado Mayor Presidencial… porque en los días que el Santo Padre estuvo en nuestro país, todo transcurrió sin mayores incidentes.

Por asociación de ideas, recuerdo que cuando el Presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy y su esposa Jacqueline visitaron nuestra nación -siendo Presidente de México, Adolfo López Mateos-, para darles la bienvenida desfilaron en un elegante coche descubierto por las principales avenidas de la  capital.

Fueron largamente ovacionados  en las calles pues era una pareja carismática y muy querida por los mexicanos.

Al final del trayecto, el Presidente Kennedy y su esposa, como católicos practicantes, quisieron visitar el Santuario de la Virgen de Guadalupe para rezar ante la Morenita del Tepeyac.

A la vuelta de casi cincuenta años, todavía conservo en mi mente una imagen de un documental, que se me quedó hondamente grabada: el Presidente López Mateos los acompañó en el coche descubierto hasta la puerta del Santuario Mariano. Pero mientras Kennedy y Jacqueline pasaron a la Basílica, el Mandatario no quiso entrar sino que permaneció de pie en el automóvil, esperando por un largo rato y bajo los intensos rayos de sol.

Siempre me he preguntado, ¿no hubiera sido más apropiado darles alguna explicación a los ilustres personajes? Algo así como:

-Miren ustedes, yo no soy creyente, pero con gusto los acompaño a visitar este Santuario de la Virgen María, tan querido y venerado por mi pueblo durante siglos.

Y eso ha ocurrido anteriormente con muchos otros Presidentes de México, gobernadores, legisladores y autoridades civiles porque –para algunos funcionarios públicos, no todos- se supone que entrar públicamente a una iglesia es “políticamente incorrecto”.

Pienso que más que una cuestión de política, es un problema de congruencia personal. Si por ejemplo, alguien nos hace una pregunta sobre nuestros familiares, ¿podemos acaso negar quienes son nuestros padres, hermanos o parientes? Luego entonces, ¿no es lógico que con mayor razón sepamos  reconocer y manifestar abiertamente que creemos y amamos  a  nuestro Padre-Dios que está en los Cielos y es el autor de nuestra vida y de todo lo creado, en cualquier lugar dónde nos encontremos: en el trabajo, en la universidad, en las reuniones sociales, en la actuación pública como ciudadanos…?

Con cierta frecuencia he escuchado que algunos mexicanos llevan como insertados en el cerebro una especie de “chip liberal” que les impide externar libremente su fe.

Otros reclaman y sostienen –injustamente y atentando contra la libertad religiosa- que las creencias  no deben de salir más allá del ámbito familiar o del reducido espacio de un templo. ¡Qué absurdo!

Recientemente me comentaba un amigo centroamericano:

-Admiro mucho el progreso económico y cultural de México. Pero hay cosas que sencillamente no me explico. ¿Cómo es posible que algunos se avergüencen de externar sus creencias religiosas y tengan tantos temores de hacerlo? ¡Parecería que viven demasiado anclados en viejos prejuicios de siglos pasados!

Me parece que tiene toda la razón. Este comentario me hizo recordar las contundentes palabras de Jesucristo que ha dicho a este respecto en los Evangelios: “Porque si alguien se avergüenza de mí y de  mis palabras (…), el Hijo del Hombre también se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre acompañado de sus santos ángeles” (Marcos 8,38).

Y el Papa Benedicto XVI, en su reciente visita a México, externó su deseo de ayudar a muchos católicos de nuestro país para que superen “una cierta esquizofrenia entre la moral individual y la moral pública; entre la vida privada y la pública” (23-III-12).

Podemos concluir, que hay que echar fuera de nosotros cualquier tipo de complejos sobre esta materia. La razón se fundamenta en que cuando se posee el tesoro de la fe, lo lógico es que la comuniquemos y transmitamos esa gran alegría a nuestro alrededor con total transparencia y naturalidad.

Porque el que practica su religión católica tiene una  valiosa y poderosa razón para vivir y un sentido profundo y trascendente en su existencia. De allí la importancia de ser cristianos al cien por ciento, de tiempo completo. Y  no vivir  dentro de esa especie de “esquizofrenia espiritual”, con tintes retrógrados, que nos hacen recordar más bien las pelucas empolvadas de la Ilustración francesa.