ALEGRÍA Y SENCILLEZ

21 febrero, 2023

Todos deseamos estar siempre alegres, Y el secreto de esta actitud heroica, la podemos vivir para mantenernos siempre alegres, considerando  que el 95% de nuestras contrariedades son subjetivas. Poner buena cara cuando el “horno no está para bollos”, requiere de una actitud sencilla, porque al mal tiempo, es preciso darle buena cara. La falta de alegría se conoce con el nombre de tristeza. La actitud positiva y sincera ante Dios, es fundamental

“Al presente me alegro; no de la tristeza que tuvisteis, sino de que vuestra tristeza os haya conducido a la penitencia. De modo que la tristeza que habéis tenido ha sido según Dios; y así ningún daño hemos causado. Puesto que la tristeza que es según Dios produce una penitencia constante para la salud; la tristeza del mundo, en cambio, produce la muerte” (san Pablo, 2  Cor 7, 9 – 10).

“El alma desordenada lleva en su culpa la pena” (san Agustín).  “Es para mí una alegría oír sonar el reloj; veo transcurrida una hora de mi vida y me creo un poco más cerca de Dios” (santa Teresa de Jesús).

 

Leamos unas breves, pero profundas consideraciones al respecto.

Sonría cuando una persona no le cae bien.

Pase por alto la indiscreción de una persona cargante.

 

Lleve con una sonrisa, las mil tonterías provocadas por pequeñas cositas que nos suceden cada día. Estas pequeñas cositas pueden evitarse con buen humor.

Cuando nos topamos con una auténtica contrariedad, hemos de tratar de disimularla, sobre todo ante aquellas personas que no nos pueden resolver el problema. Es básico estudiar, afrontar y resolver los problemas con valentía e inteligencia.  Para cualquier problema, conviene tener siempre presente a Dios.

Si estamos de mal humor, contar hasta veinte: 1, 2, 3…, acabaremos riéndonos y empezamos a intuir la paciencia y el buen humor.

Cuando lo que nos irrita tiene importancia objetiva y subjetiva, entonces es acertado quitarle importancia al asunto, sin dejar de ser uno mismo el responsable, para poder resolverlo. Que nuestro sí sea si y que nuestro no sea no.

Estas sugerencias, al aplicarlas, nos llevan a la alegría en las contrariedades de la jornada y evitamos disgustos por nimiedades.