A pesar de todo,…¡Feliz Navidad!
¡Y próspero Año Nuevo! ¿Podrá ser realidad esto, en medio de las circunstancias que todos vivimos?
¡¡ Sííí !! ¡La Navidad, junto con la Pascua, son las más grandes fiestas para toda la humanidad!
La naturaleza se alegra, los animales y nosotros, los seres humanos, nos alegramos en grande al recibir el más grande Don que Dios ha hecho a los hombres: enviarnos a su Hijo Jesús al mundo. A este acontecimiento ningún mal aparente o real se le compara. Por eso, feliz Navidad pasaremos, si sabemos reconocer con humildad este gran Don de Dios.
Al encarnarse y nacer de la Virgen María, Dios asume nuestra naturaleza y la eleva. Dios hecho hombre, es un hecho de grandeza extraordinaria que se prolonga en el tiempo. Cada Navidad podemos recibir a Jesús con la sencillez de los pastores y el asombro de los Reyes magos. Unos, los pastores, creyeron de inmediato, entendieron que Dios quería que fueran los primeros en ir a verle. Los otros, los magos, se prepararon para un largo recorrido desde tierras lejanas para ir a adorarle.
Meternos como un personaje más, como aconseja San Josemaría Escrivá de Balaguer, es muy fácil si miramos, como cuando éramos niños, los detalles del Nacimiento, la gruta de Belén, a la Virgen expectante, a San José atento a todas las necesidades materiales y espirituales de María. El tiempo no existe y la gracia de la llegada de Jesús al mundo nos alcanza a todos los habitantes del planeta.
Te invito, amable lector a contemplar las escenas de la Navidad leyendo las lecturas propias del tiempo de Adviento, viviendo la costumbre de la Corona de Adviento que nos reúne en familia para prender cada domingo de ese tiempo de espera una de las velas, leer un fragmento de la Sagrada Escritura que anuncia la llegada del Redentor y a cantar muchos villancicos celebrando que ya se acerca la Navidad, que la Navidad es la más tierna realidad de la Historia del hombre, porque con ese hecho alcanza la inigualable grandeza de ser Hijo de Dios en Cristo Jesús.
Termina con tu soledad si te encuentras solo, pobre o desilusionado. El Niño Jesús vino a traernos la mayor alegría al mundo: darnos a todos la posibilidad, contando con nuestra libertad, de entrar en contacto directo con Dios Padre, basta hacernos pequeños como los niños.
Vamos, sacude tu tristeza o incertidumbre, un Niño nos ha nacido, en un Niño se nos ha dado la esperanza, la certeza de poder ser muy felices en esta tierra…a pesar de todo.