Con Luces de Esperanza iluminan Telebachillerato Comunitario 62 en Puebla
La energía eléctrica constituye un elemento básico para cualquier comunidad. En ocasiones no es posible que poblaciones rurales tengan acceso al suministro eléctrico por múltiples razones y al no tener electricidad en viviendas y escuelas, el desarrollo de sus habitantes se ve comprometido por la falta de este recurso. Iberdrola México está consciente de ello y a través de Fundación Iberdrola crearon Luces de Esperanza, programa diseñado para llevar luz eléctrica a comunidades rurales.
Desde 2019 este programa está en marcha, y en su primera fase han beneficiado a tres Estados de la República: San Luis Potosí, Oaxaca y Puebla, impactando a más de 7,300 personas. En territorio poblano las cifras son excepcionales, pues han contribuido a que 81 viviendas y 12 escuelas ya tengan servicio de luz eléctrica, y así 1,809 personas puedan vivir con este recurso en 12 municipios de la entidad. Y es precisamente en Santiago Miahuatlán, que el pasado 25 de junio se iluminó el Telebachillerato Comunitario 62 en un evento que encendió la esperanza para estudiantes, padres de familia y docentes.
San José Monte Chiquito es el poblado donde el Telebachillerato número 62 tiene su ubicación. Esta zona a pesar de no estar tan alejada de Tehuacán, tiene limitaciones en el acceso a servicios primarios, de entre ellos luz eléctrica.
Erika Fernández, coordinadora de Fundación Iberdrola México, compartió para medios de comunicación más al respecto de este programa: “buscamos electrificar estas zonas alejadas a través de nuestro aliado en la parte técnica que es Iluméxico con las visitas de pre factibilidad para detectar viviendas y espacios que cumplan con ciertas características. La intención es que este año implementemos la segunda fase y muy pronto podamos definir las siguientes viviendas que estaremos electrificando”. Comentó.
La tarea no es sencilla, pues para llevar el suministro eléctrico se realiza a través de paneles solares para la inclusión de energías renovables y amigables con el ambiente. Además de la instalación, Erika mencionó que también hay una parte de mantenimiento semestral, añadiendo así un apartado de acompañamiento, porque la vida de las baterías es de aproximadamente 4 a 5 años. Posterior a este periodo, el programa adicional incluye la recarga de la misma.
En el caso de las viviendas, hay una cuota de sostenibilidad con el fin de generar una apropiación en la comunidad para fomentar la responsabilidad del material que se está donando, añadió Fernández. Por otro lado, existen talleres gracias a Concentrarte AC en donde se instruye a la comunidad de temas de energías renovables y cuidado del medio ambiente, logrando así una cohesión y tejido social entre los pobladores.
Es de suma importancia que las autoridades educativas participen en el proceso, por ello la directora de la institución Claudia Lizbeth Torres compartió el impacto que generó este proyecto: “esta escuela tiene 10 años de haberse fundado y para nosotros fue muy importante este proyecto, ya que nos encontramos en una zona de reserva de la biosfera y esto impedía que CFE pudiera entrar con su infraestructura. Ha sido un impacto muy grande, nos ha favorecido bastante y eso lo queremos hacer extenso con los alumnos en la valoración de este valioso recurso y también del cuidado del medio ambiente”. Destacó su directora.
Impacto rotundo que cambió la vida de los estudiantes.
El antes y después en las clases del Telebachillerato fue un paso esencial, porque pasaban de tener una lección rústica a una donde gracias a la energía podían utilizar un proyector y ver un video. Esto para los alumnos fue un agente motivador especialmente para Gael, estudiante de segundo año: “ahora mis compañeros tienen más herramientas para mejorar su aprendizaje, y esto va mejorar en un futuro, porque así más alumnos van a querer entrar a la escuela. Ahora desde algo tan sencillo como encender un foco en un día nublado dentro de los salones, hasta ver videos o hacer experimentos es posible en mi escuela.” Destacó Gael, quien tiene la intención de continuar sus estudios universitarios en un conservatorio de música.
Por otro lado Andrea Avendaño Vargas, estudiante de tercer año, compartió el cambio que significó en sus primeros semestres de preparatoria tomando clases en línea debido a la pandemia a ingresar en el Telebachillerato y presenciar sus inicios, desde la colocación de aulas temporales y ahora los paneles solares: “cuando entré escuché muchas opiniones acerca de la escuela, pero al momento de ver a mis maestras y comenzar a tomar las clases, se me dificultó un poco aprender, en especial historia.” Compartió.
Recrear las imágenes de la historia fue un elemento importante para Andrea, pues desde que se instalaron los paneles en octubre de 2023, ya podía gracias a los videos visualizar los temas de la materia: “me sentí más completa en mi conocimiento, en este último año aproveché al máximo la luz eléctrica y me sentí más segura, mis calificaciones aumentaron y las siguientes generaciones lo van a poder valorar y utilizar más.” Mencionó Andrea, estudiante ejemplar de la institución.
Encendido de luces con suministro de Esperanza.
Para el evento del encendido del Telebachillerato, se reunió a la matrícula escolar junto a responsables del proyecto y autoridades justo en el centro del plantel educativo. Con una enorme carpa cubriendo a los asistentes se dio inicio al acto que tuvo como primer tiempo, la proyección de cortometrajes de Ecofilm de sus diversas ediciones, que fueron posible presentarlas gracias a Sembrarte, iniciativa que convierte espacios públicos en una sala de cine, y que mediante celdas solares y bicicletas generan electricidad para dar energía a proyectores y equipos de sonido.
Después de la exhibición de cortos con temáticas ambientales y un video dedicado al proceso de instalación de los paneles en el plantel, se cedió la palabra al presídium conformado por:
Claudia Lizbeth Torres, directora del Telebachillerato 62; Miguel Mendoza Cruz, director general de Gobierno de la Secretaría de Gobernación de Puebla; Erika Fernández, coordinadora de la Fundación Iberdrola México; Omar Eulogio Toledo, presidente municipal de Santiago Miahuatlán; Jaime Guzmán Orozco, subsecretario de Innovación, Competitividad y Emprendimiento; Miguel Moreno Mitre, secretario técnico de la Agencia de Energía de Puebla y Andrea Avendaño Vargas, alumna del Telebachillerato 62.
Omar Toledo, presidente municipal, tomó la palabra para agradecer a Iberdrola por la acción positiva que se está generando con las buenas intenciones y así poder crear una mejor comunidad y una mejor vida para los habitantes de San José Monte Chiquito.
Posteriormente Erika Fernández ofreció un discurso que enmarcó la colaboración de este proyecto: “sumar esfuerzos es clave para Iberdrola México. Contribuir a mejorar las condiciones de vida se materializa en la Fundación Iberdrola México que desde 2017 ha beneficiado a más de 4 millones de personas. Luces de Esperanza es uno de nuestros programas más queridos porque va alineado con la intención de ofrecer energía limpia y renovable. Nos emociona mucho que el sentir de este centro educativo sea positivo para un futuro sostenible.” Enfatizó la coordinadora de fundación Iberdrola.
Continuó la palabra la directora Claudia Torres, quien se mostró sumamente entusiasmada y agradecida por la implementación de este proyecto: “es un sueño hecho realidad para mí, mis alumnos, docentes y padres de familia porque con ello podemos brindar una mejor calidad educativa. Esto representa un futuro brillante.” Compartió Claudia, que a su vez entregó tres reconocimientos a Iberdrola México, Fundación Iberdrola e Iluméxico por su gran aportación a la escuela.
Finalmente, Andrea Avendaño, concluyó con un emotivo discurso que resaltó los beneficios de tener servicio de luz eléctrica, quien gracias a Luces de Esperanza concluyó su bachillerato de la mejor manera y que pretende iniciar sus estudios universitarios para convertirse en maestra de idiomas y traductora.
Con 90 alumnos y tres maestras el Telebachillerato Comunitario número 62 de San José Monte Chiquito en el municipio de Santiago Miahuatlán, Puebla, ahora ya puede gozar de servicio de luz eléctrica renovable limpia gracias a Luces de Esperanza, programa que en su primera fase ha impactado a cientos de comunidades rurales, y que esto solo representa el inicio de su acción social.