Más de 30 años haciendo “abuelitos” felices
Esta institución de asistencia privada nos hace regresar a 1980 para conocer sus inicios, gracias a la iniciativa de Don Alberto Payro Baz y Doña Guadalupe Germán de Payró. La organización empezó su trabajo con una comunidad de Madres Carmelitas y, en apenas tres meses, contaban con más de 100 abuelos y abuelas a los que se les repartía una despensa en reuniones dos veces por semana.
No obstante, este apoyo repercutió positivamente en la calidad de vida de los “abuelitos”, comenzando a recibirlos diariamente en un salón anexo a la Iglesia de la Divina Providencia.
Tras esta decisión se construyó la casa en la CDMX –inaugurada en 1992- y, tras notar la gran población de personas de la tercera edad en el pueblo de Tequisquiapan y su situación de pobreza precaria, el 6 de febrero de 1996 comenzó la labor asistencial de la casa inaugurada en 2006.
Tras comprender la historia de “La Divina”, como también se le conoce la Divina Providencia I.A.P., se debe precisar que son 2 centros en donde se brinda atención para los abuelitos y abuelitas, además que pueden realizar actividades lúdicas o físicas, incluso pueden sólo estar platicando entre sí. Dentro de los servicios está la alimentación, terapia psicológica, reactivación física, paseos, etc.
Este esfuerzo realizado por Divina Providencia I.A.P. también tiene apoyo por parte de donaciones, estas van desde personas físicas, hasta a empresas, gobiernos o escuelas que realizan un donativo en especie o efectivo.
Sin embargo, también existe la posibilidad de “adoptar un abuelito”; esto se refiere a aportar 300 pesos mensuales para pagar los servicios de un abuelito o abuelita específico/a, al mismo tiempo se mantiene contacto con el beneficiado/a por medio de cartas, tarjetas, fotos o videos.
Puedes mantenerte al tanto de lo que realice “La Divina” de muchas formas, una de ellas es seguir su página de Facebook, además que puedes visitar su página web y leer detallados testimonios de personas de la tercera edad que han mejorado su vida en “La Divina”.
Sin más, el vivir digna y felizmente no está ligado a una edad y, en Divina Providencia I.A.P. comprendieron a la perfección que todos y todas merecen una vida digna y alegre.