Estado de alerta

3 noviembre, 2023

Así nos sentimos millones de personas en estas últimas semanas, con la Guerra fragmentada que vivimos. Y no lo podemos evitar, este mundo ya está globalizado y la información nos llega casi al minuto de haber sucedido el evento. Y en México desde el miércoles se empezó a sentir la tensión de la Naturaleza con la llegada del huracán Otis a la zona de Guerrero.

Como soy de un puerto, Campeche, se lo que eso significa y las dimensiones que puede tomar, alerté a mi gente de estar al pendiente del estado del tiempo por si cambiaba de ruta.

Pero a gran cantidad de personas, quizás distraídas con otras tensiones o inexperta ante estos acontecimientos naturales, les tomó por sorpresa.

Hoy todos los mexicanos estamos en estado de alerta ante el desconocimiento de lo que está pasando concretamente en Acapulco y hay informaciones confiables y contradictorias de las dificultades para llevar ayuda a ese querido puerto que generaba tantas fuentes de trabajo.

Desde aquí nuestra solidaridad con todos los damnificados y con todas las personas que están trabajando ya en la recolección de artículos como agua, víveres y material de limpieza; la energía eléctrica y restablecimiento de las telecomunicaciones, etc. Que sepa el mundo que los mexicanos somos solidarios en casos de desastres naturales y que toda la sociedad civil estamos trabajando desde nuestras trincheras por ayudar a Acapulco y lugares aledaños.

Es pura coincidensia pero en mi lectura diaria de la Biblia, ayudada por el libro La Biblia en un año de Agustine Institute y Ediciones Universidad de Navarra S.A., los pasajes coincidían con el castigo al pueblo de Israel por no haber vivido de acuerdo a lo que Dios les pedía y desde que supe del huracán no pude dejar de pensar en Acapulco. Pero hay que reconocer que este bello puerto turístico ha sido punto y ocasión de encuentros familiares de personas de todo el mundo.

Es momento de recomenzar una vida nueva en ese puerto. Es el momento de construir la paz desde la familia humana que somos todo el mundo. No están solos Acapulqueños y Guerrerenses, aquí está la familia que somos todos los hombres y mujeres de México para ayudarlos. Porque la sociedad civil mexicana está hoy más activa que nunca.