Las instituciones públicas de salud sin atención temprana para detectar discapacidad auditiva
Autor: Carlos Hernández Huerta
Fotos: Fundación México sin Sordera AC.
En México, las instituciones públicas de salud no cuentan con la atención temprana para detectar alguna discapacidad auditiva. Por cada 1,000 niños recién nacidos, 3 pueden desarrollar esta afección, lo que ocasiona que no se atienda de forma oportuna a un bebé que pueda desarrollar una pérdida auditiva.
Diversas asociaciones del Tercer Sector están conscientes de esta delicada problemática, y promueven la acción a favor de cambiar la vida de niños, adultos y familias enteras que atraviesan por una situación de falta de intervención, siendo una de ellas Fundación México sin Sordera AC.
Constituida en 2018, la organización brinda asesoría, orientación, gestión, respaldo y acompañamiento en una vida con sodera o pérdida auditiva en recién nacidos, niños y adultos, independientemente del nivel de sordera que tengan.
La hipoacusia es el término referido de esta disminución de la capacidad auditiva de una persona, y una de las herramientas para ayudar a combatir este deterioro es el implante coclear, dispositivo tecnológico único en su tipo, porque cuenta con la capacidad de realizar la función fisiológica de un órgano, en este caso el oído.
Al ser un dispositivo costoso, en México es difícil ser acreedor de un implante por instancias públicas, debido a que ya no se tiene una cobertura desde hace varios años para la implantación de dichos dispositivos.
Esto generó que la asociación trabajara en una nueva alternativa para ayudar a todos los chicos que tengan un sistema de salud, y por medio del derecho a la salud y tratamientos realizar un proceso jurídico de amparo para obtener el implante coclear. Cabe resaltar que ya existen casos de éxito gracias a la intervención de la fundación.
Resulta esencial abordar el trasfondo de las personas que forman parte de Fundación México sin Sordera AC, por ello Johanna Cantor Bernal, directora de comunicación social de la asociación, en entrevista para Somos Hermanos, no solo comparte el quehacer de la organización, pues su vida está estrechamente ligada a la discapacidad auditiva, al perder gradualmente la audición en un accidente cuando era niña. Afortunadamente tuvo la oportunidad de obtener el implante coclear y restaurar un sentido que estaba casi perdido.
“Tuve una caída de una altura de 3 metros 10 centímetros, mi cráneo se partió en 7 pedazos, afectando mis oídos en el accidente. Empecé a perder la audición de manera progresiva hasta quedar completamente sorda con un diagnóstico de hipoacusia neurosensorial bilateral profunda. Por medio de un proceso jurídico, mis papás lograron el implante coclear y tras años de terapia, los resultados en mi voz, en mi dicción y todo el proceso comunicativo fueron positivos, también gracias a mi familia y mi mamá.”
La adaptación de Johanna con el implante se dio en varias formas, que conlleva un proceso terapéutico, donde el apoyo familiar es indispensable como red de apoyo y el soporte profesional para toda la vida.
De igual forma un acompañamiento escolar capaz de realizar una verdadera inclusión. Finalmente, y no menos importante, a nivel personal desarrollar la identidad de ser una persona sorda con la capacidad de oír gracias a la tecnología.