NOSOTROS ATRAEMOS AQUELLO EN LO QUE PENSAMOS (II)
- Trace un plan de acción:
- Sus pensamientos deben cristalizarse en metas concretas.
- Redacte ese plan de modo claro, específico, concreto, breve y completo en lo que desea conseguir. Evite generalidades y palabras vagas.
- Utilice su imaginación y póngase a diseñar proyectos. Recuerde que, dentro de un sano realismo, lo que puede imaginar lo puede realizar.
- Es vital ser rico en deseos, en ambiciones buenas y cultivar ideales. Lo contrario significa carencia de aprecio por usted y por los demás.
- Este plan de acción debe ser medible, y ser cotejado periódicamente para ver el avance logrado en la práctica.
- Evite las demoras, dilaciones y desviaciones. Corríjase continuamente.
- Es necesario aprender a llevar a la práctica los proyectos o ideales. Recuerde que “la práctica hace al maestro”. Entonces, podrá enseñar a los demás a continuar con la práctica de dicho proyecto.
MANTENGA UNA ACTITUD POSITIVA HACIA LA VIDA Y DISPÓNGASE A QUE SUS PLANES SE CONVIERTAN EN REALIDAD.
- Espere lo mejor de la vida y dispóngase a recibirlo, atraiga la abundancia.
- Trabaje –con perseverancia, que nada hace desfallecer- en pos de sus metas. Recuerde que el deseo eficaz de alcanzar las metas, nos lleva al hábito o costumbre de conseguirlas.
- Pero, tiene que estar dispuesto a pagar el precio.
- Pague la “cuota inicial”. No haga caso a las dificultades, amenazas, críticas, y al “qué dirán”. Pero tampoco las ignore, porque conviene aprender a manejarlas de modo que nos sirvan como catapultas (oportunidades de mejora) para lograr lo que nos proponemos.
- Si el deseo es auténtico, una vez logrado, conviene soñar nuevamente para acrecentar lo alcanzado: siempre ir a más, de lo contrario se corre el riesgo de perder lo logrado. Esto es válido si constituye un genuino servicio que hace progresar a usted y a los demás.