Incidir en políticas públicas a favor de la salud auditiva infantil labor de Escuchar es lo Máximo
Autor: Carlos Hernández Huerta
Fotos: Escuchar es lo Máximo AC.
En México se estima que, de cada 1,000 bebés recién nacidos, de 1 a 3 presentan problemas serios de hipoacusia (incapacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos). Esta cifra aproximada se vuelve más alarmante, porque equivale a una cantidad de 2,000 a 6,000 niños sordos por año que nacen con esta discapacidad. Una forma de contrarrestar y ofrecer un apoyo real es detectar a tiempo, y es en esta línea de acción que nace Escuchar es lo Máximo AC.
Constituida en 2015 por un grupo de profesionales en la salud auditiva infantil, esta asociación se percató de un espacio que no estaba cubriendo apropiadamente la Sociedad Civil, y es el apartado de incidencia en políticas públicas. Es cierto, existen fundaciones y organizaciones que atienden a la población infantil con problemas auditivos y de sordera, ya sea con rehabilitación o educación, sin embargo, existía un vacío donde no había quién peleara por el derecho a la salud de los niños que nacen con hipoacusia.
En este nicho de oportunidad, Escuchar es lo Máximo AC surgió para poder marcar una diferencia legislativa y también poder sensibilizar a la población mediante la difusión de información.
Amanda Azpiri, directora de la asociación, comparte la valiosa labor hecha a lo largo de los años, con foros en el Senado de la República y Cámara de Diputados, así como también en Congresos Locales en diversos estados del país, subrayando uno de sus principales objetivos: cambiar el Artículo 61 de la Ley General de Salud, enfocado en la salud materna infantil, que menciona que a los niños recién nacidos se le deben aplicar diversas pruebas como el tamiz de retina y el tamiz cardiaco, donde se resalta el tamiz auditivo. Desafortunadamente únicamente el artículo señala que solamente a los bebés prematuros se les tiene que aplicar la prueba de forma obligatoria.
La meta es modificar el Artículo 61, para que, de manera universal, se aplique la prueba del tamiz auditivo a todos los bebés, debido a que no solamente los recién nacidos prematuros están propensos a padecer de hipoacusia. Con este cambio, la detección y atención temprana puede cambiar para siempre la vida de un infante. Detectar dentro de los primeros 3 meses algún padecimiento auditivo en un bebé puede ser la clave para lograr un mejor desarrollo de su condición.
No obstante, la tecnología representa una herramienta valiosa en el campo de la medicina, por ello la asociación también busca que el implante coclear pueda ser más accesible para la población infantil, debido a que es un dispositivo sumamente costoso, y es un procedimiento difícil por todo lo que conlleva, tanto la cirugía como la rehabilitación, aparte del puro costo del implante.
Sensibilizar a la población acerca de estos temas e informarla con datos oportunos es la segunda línea de acción en Escuchar es lo Máximo AC, y aquí entra un resultado que tiene muy orgullosa a Amanda, porque en 2021, gracias a la gestión de la asociación, se instauró la primera Semana Nacional de la Salud Auditiva. Decretada y aprobada de forma unánime por la Cámara de Diputados y posteriormente en el Senado de la República, esta campaña es dirigida por la Secretaría de Salud, y busca precisamente dar a conocer la información correcta a la población, siendo así un logro monumental para la labor altruista de la organización.
Ser un referente en el tema; ser actores importantes en la movilización de la Semana Nacional y lograr cambiar el Artículo 61 son las metas a cumplir en Escuchar es lo Máximo AC, siendo objetivos claros y precisos que con esfuerzo se pueden materializar.
Para Amanda Azpiri, valorar el trabajo de las OSC es algo que la gente tiene que ver, que sepan que no bajan los brazos y siguen luchando que, a pesar de tener diversos obstáculos, el Tercer Sector sigue dando batalla.
La gente debe voltear a vernos, debe informarse, en las mujeres embarazadas cuando den a luz, que exijan el tamiz para sus hijos. La sordera es una discapacidad invisible, pero no por eso debe tratarse como si no existiera.