EL CAMINO DEL ÉXITO

29 marzo, 2022

Autor: Gabriel Martínez Navarrete

Las personas con un profundo conocimiento de sí mismas, se ponen altas, se mantienen seguras de sus capacidades y afrontan tareas difíciles que ven como oportunidades y no como amenazas.

Las personas de éxito:

  • Se fijan objetivos que son desafíos, pero realistas.
  • Mantienen un firme compromiso por alcanzarlos.
  • Ante la derrota, se recuperan con rapidez y siguen siendo eficaces.
  • Atribuyen el fracaso a un esfuerzo insuficiente o a falta de habilidad que pueden conseguir.
  • Enfrentan las situaciones arduas o difíciles con la seguridad de que pueden controlarlas.

Este enfoque positivo produce logros y reduce el estrés, y elimina la decepción y futilidad, y deshace el sentimiento de fracaso.

LA EFICACIA PERSONAL TIENE SU ORIGEN EN:

  1. LA ADQUISICIÓN DE HABILIDADES:
  • El hábito del éxito requiere que hayamos experimentado fracasos y éxitos con una perseverancia que nada hace desfallecer.
  • En el general el hábito del éxito requiere de resistencia ­–esfuerzo sostenido-sin ceder por desaliento u otra causa.
  1. LA ADQUISICIÓN DE VIRTUDES:

La adquisición de habilidades va acompañada de adquisición de virtudes: que son las fuerzas de las personas. No es aconsejable separarlas, así cuándo trabajamos bien podemos crecer en sinceridad, porque reconocemos que hay cosas que no hacemos y podemos mejorar, y cosas que hacemos bien y que podemos enseñar. Lealtad a todos.

  1. HABILIDAD PARA APRENDER DE LOS DEMÁS:

Observar a personas que triunfan y que son parecidas a nosotros, eleva nuestra confianza en que lograremos nuestro propósito.

Hemos de admitir que nuestro ejemplo influye en los demás, así como el ejemplo de los otros influye en nosotros, ya sea positiva o negativamente.

  1. PRESUASIÓN:

Fortalecer la confianza que poseemos la fuerza que nos hace falta para llegar al éxito. Para lograrlo nos ayuda mantener un esfuerzo sostenido, que a la vez estimula el desarrollo y perfeccionamiento de habilidades, virtudes y fe en la victoria.

Si se quiebra nuestra fe, las metas bajan y la motivación se debilita. Tal como sea nuestra fe, serán las cosas que nos ocurran.

  1. ALEGRÍA Y BUEN HUMOR;

La alegría, el optimismo y el buen humor elevan la eficacia personal y eliminan la depresión.

Lo importante no es sentir estrés, pues todos en mayor o menor grado lo padecemos. Lo fundamental es que lo manejemos como una fuerza a nuestro favor. Por eso tiene que estar presente la alegría y el optimismo, impulsado por una fe robusta.

  1. SENTIDO COMÚN Y ESPERANZA:

La esperanza nos espolea para ir activamente en pos de nuestros objetivos. El combustible de la esperanza es la motivación, elogios –que podemos ofrecer a Dios-, recuerdo de nuestros éxitos anteriores, reconocimientos y lectura de libros positivos: todo eso son ayudas que necesitamos.

El sentido común aunado con la esperanza nos espolea a alcanzar los objetivos que deben ser realistas.

La esperanza se convierte en pesadumbre si lo que buscamos es cometer un mal (p. ej. Herir, robar, insultar, etc).

Los medios no justifican el fin, de modo que nuestro éxito, si daña al otro es inmoral, y en realidad sería un fracaso.

Necesitamos comportarnos como si el éxito fuera ya inevitable. El éxito en la vida, consiste en seguir siempre adelante. ayudando a los demás y dando gracias a Dios. por todo lo que nos da.