Saber ser amigos

19 enero, 2022

Autor: Socorro Eugenia Quijano Villanueva

Un modo de vivir muy bien el año que comienza es establecer las prioridades de nuestra vida. Una de ellas podría ser la de ser buenos amigos de nuestros amigos, así, independientemente de la edad que tengamos, seremos mejores personas y ayudaremos a otras a serlo también.

 

Es verdad que la pandemia nos impone límites de encuentros cercanos físicamente hablando, pero también nos ayuda a revalorar la importancia de lo verdaderamente importante y urgente: pensar en los demás, ayudar a los más débiles y necesitados de alguna forma, desde una sonrisa hasta una botella de agua limpia para calmar su sed, recordar una fecha de aniversario y/o procurar hacer mejor el trabajo que tenemos entre manos, con más sentido de solidaridad y compañerismo.

 

¿Cómo aprender a ser mejor amigo de los “amigos” o conocidos, parientes, familia política etc.? La respuesta puede ser muy sencilla y evangélica: Tratar a los demás como quisieras que te trataran a ti. Todos a una, el mundo sería otro. En este cambio de era que nos toca vivir donde unos nacen, otros la viven con sorpresas y otros más inician la etapa final de la vida, lo importante es no perder el faro que alumbra el puerto de la verdadera felicidad. Los escritos de Cicerón nos pueden ayudar y los de Josemaría Escrivá de Balaguer como Amigos de Dios, también.

 

Más que predicar en templos semivacíos o centros de convenciones, tendremos que vivir con más fidelidad lo que creemos para atraer a otros a esta senda del valorar a la persona humana desde el momento de la concepción y hasta su muerte natural.

 

En medio de la pandemia el cuerpo médico incluyendo enfermeras, cuidadores, equipo de limpieza, y demás han demostrado a carta cabal sus convicciones de defensa de la vida humana y así lo reconocemos. Ayudemos con nuestros cuidados previos y medidas de prudencia a que no aumente el número de contagios.

 

Hoy corren chistes como este: un pequeño le dice a una tortuga, “que suerte tienes, ¿por qué lo dices? responde la tortuga y el niño le dice: porque a tí te cuidan desde que eres un huevo y a mí me matan antes de nacer”. Qué duro ¿verdad? Y esta frialdad para tratar a la persona no aparece de repente, sino se va fraguando poco a poco. Autores modernos hablan de personas tóxicas y personas vitamina, yo estoy convencida que nuestro solo hecho de existir nos convierte en riqueza para el universo entero.

 

Inspirada en un villancico interpretado por Joan Manuel Serrat que estuvo sonando en las redes sociales también propongo: “que vengan las madres, que vengan los hijos, que acudan el buey y el pastor, que vayan llegando mayores y niños, el músico y el director, que venga ese ángel que cuida a un enfermo que  acudan obrero y patrón, que venga el parado que busca trabajo, el juez, el cartero el actor,…tú también, yo también, todos juntos hacer un Belén, en cada hogar un Belén y nosotros en él compartiendo alegría, pon en tu hogar un Belén que contagie de paz al Belén de la vida, recordaremos en él …  Y así podremos hacer que parezca que es Navidad cada día …que vengan los pobres que vengan los ricos, que avisen al pescador…que vengan los médicos y las enfermeras, alumnos y algún profesor…tú también, yo también…Y así podremos hacer que parezca que es Navidad cada día…Y así podremos hacer que parezca que es Navidad cada día”.

 

Feliz año nuevo!