Las familias indígenas necesitan nuestra ayuda
Autor: Somos Hermanos
En 1992, México modificó el artículo 2º de la Constitución para definirse como una nación pluricultural, es decir, que reconoce la herencia de los pueblos indígenas como parte de la identidad cultural y social que conforma a los mexicanos.
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indica que el 21.5 por ciento de la población se identifica como indígena, es decir, unos 25.7 millones aproximadamente. A su vez, el 10.1 por ciento, o sea, 12 millones de habitantes, señalaron que vivían en hogares indígenas. Además, 7.4 millones son hablantes de las 68 lenguas indígenas identificadas en nuestro país.
En clara desventaja
Sin embargo, estas comunidades en general se encuentran entre las marginadas y viven en condiciones de vulnerabilidad y desigualdad respecto a la población en general. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), prácticamente el 70 por ciento de la población indígena, o sea, 8.4 millones de personas viven en una situación de pobreza y el resto está en pobreza extrema.
En cuanto a la educación, la situación es también lamentable pues el 43 por ciento de los hablantes de alguna de las lenguas indígenas no terminaron la educación primaria. Por esa razón, entre otras, el 55.2 por ciento obtiene ingresos de trabajos manuales de baja calificación.
En conclusión, las comunidades indígenas, que además viven mayoritariamente en zonas rurales, continúan siendo las más vulnerables en todos los aspectos y lo son desde la infancia.
Asociación Programa Compartamos
La Asociación Programa Compartamos IAP fue fundada en 1990. Su trabajo se encamina a la atención de la población menor de cinco años de comunidades marginadas en zonas rurales e indígenas para que tengan un mejor desarrollo infantil desde edades tempranas para que así alcancen a ejercer su verdadera libertad más adelante.
Es muy importante destacar que se enfocan a niños y niñas menores de cinco años porque si el desarrollo durante esas edades se ve condicionado por la desnutrición, la falta de atención u otras limitaciones, los daños se prolongan a lo largo de la vida. En otras palabras, si ya desde el primer lustro se enfrentan desventajas físicas y psicológicas estas empujan a los niños y niñas indígenas y de comunidades rurales hacia atrás, haciendo todavía más difícil superar las dificultades de un entorno de por sí complejo.
Por eso, la Asociación Programa Compartamos busca que las niñas y niños menores de cinco años de estas comunidades marginadas y con altos índices de pobreza mejoren su acceso a la salud, tengan una nutrición adecuada; además de cuidado amoroso y crianza perceptiva, comenzado con el embarazo y durante los primeros años de vida.
De esa manera, pretenden asegurarse de que las capacidades físicas, intelectuales y emociones de los menores se desarrollen al máximo. Con este objetivo en mente, se enfocan en trabajar en tres programas:
-Desarrollo físico
-Desarrollo neurológico y piscoafectivo
-Desarrollo comunitario
Con esa metodología, la Asociación Programa Compartamos atiende a más de tres mil niños y niñas, es decir, llegan por el momento a 2 mil 724 familias en 15 municipios del Estado de México.
Para realizar su labor, se apoyan en la cooperación de la sociedad civil que puede contribuir con sus aportaciones económicas para sumar esfuerzos y recursos y así lograr que México sea un mejor país para nacer para todos. Sin duda, una meta a la que vale la pena unirse.
Fuentes:
https://www.somoshermanos.mx/programa-compartamos-ayuda-a-familias-de-poblacion-rural-e-indigena/
https://www.iwgia.org/es/mexico/3745-mi-2020-mexico.html