El amor es la pieza clave en esta Navidad
Autor: Jesús Arizmendi Valdez
La Navidad va más allá de los regalos, las fiestas y la comida. Es el nacimiento del niño Dios, la llegada del Salvador y el misticismo que envuelve a este suceso.
La Navidad es el recordatorio de que la sociedad necesita un Salvador envuelto en sentimientos de sencillez, inocencia, humildad y sobre todo amor. El amor que no distingue razas, estratos sociales o alguna clasificación que la sociedad edifique. El amor es universal y todas las personas son capaces de darlo y recibirlo.
En un mundo lleno de agresiones y violencia, la mejor arma es el amor, el cual se deriva en muchos valores como la compasión, entendimiento, empatía, respeto, solidaridad y muchos más que cada persona puede generar hacia el prójimo.
Si cada uno de nosotros ejerciéramos el amor hacia el prójimo, este mundo cambiaría de manera radical. El poder y enriquecimiento personal quedaría en el pasado y en el futuro se vería una sociedad preocupada por sus iguales ocupadas en siempre mejorar las condiciones en las que vivimos, sin agresión, violencia y relaciones de poder destructivas.
La Navidad debe ser un tiempo de reflexión, sobre las acciones que hemos hecho y lo que podemos mejorar para que este planeta continúe su camino hacia un futuro en el que la sociedad se cuide entre ellos.
La Navidad debe de ser el momento de hacer regalos espirituales hacia las personas que nos rodean, un cambio en una persona puede llegar a ser un cambio mundial. Dejemos que este tiempo de amor llene nuestros hogares, son valores positivos, dejemos a tras el consumismo y hagamos lo posible por que la familia sea el eje rector de la sociedad.
La familia tiene el poder convertir una simple reunión en un momento “épico”, el amor incondicional que existe en una familia es purificador y capaz de cambiar la situación actual.
Que la escena del nacimiento sea un eterno recordatorio de que lo importante en estas épocas no son los regalos materiales, sino lo que acontece en nuestros corazones, con sencillez y humildad admitamos nuestros errores en este año y purifiquemos nuestro corazón para el año que viene, llenándolo de valores y sentimientos positivos.
El amor es la mejor arma ante el caos que ocasiona la violencia. Hagamos de ésta navidad la mejor de todas, que los regalos que demos salgan de nuestro corazón y no sólo de nuestros bolsillos.