¿CELEBRACIONES DECEMBRINAS?
Autor: María Teresa Magallanes
Comenzamos el mes de diciembre y nuestro ánimo cambia porque ¡este es un mes de fiestas!
Para la mayoría de los mexicanos este mes tendremos la celebración de las apariciones de la Santísima Virgen de Guadalupe, hace 490 años. En diez años más estaremos celebrando los 500 años de esos hechos tan importantes para la nación mexicana; porque, hay que decirlo fuerte y claro, que el pueblo mexicano es mayoritariamente católico y guadalupano.
La aparición de la Virgen en México es algo muy singular, porque han habido muchas apariciones en diferentes partes del mundo, a lo largo de los siglos; sin embargo, en ningún otro lugar se quedó la imagen de la Virgen impresa en un material burdo que ha perdurado a pesar de todas las inclemencias a las que estuvo expuesto los primeros 150 años, a haber sido manchada por ácido al querer limpiar el marco, e incluso al atentado que sufrió hace 100 años, cuando alguien mandó poner una bomba en el altar de la antigua Basílica de Guadalupe, sin que la imagen de la Virgen sufriera daño alguno. Aún se puede ver en la Basílica actual el crucifijo de bronce que quedó torcido por la explosión, como si Jesús hubiera preferido que su imagen fuera dañada, mientras que la imagen de su Madre quedara intacta.
Luego tendremos la gran celebración del nacimiento de Jesús, hijo de la Virgen Mará, que 9 meses antes fue concebido en su seno virginal por obra del Espíritu Santo.
Al respecto de esta fiesta de la cristiandad universal, estamos atestiguando un insistente empeño en borrar de las costumbres y la cultura actual esa celebración. En muchos países se empeñan en no hacer referencia a la Navidad durante este mes, y para ello desde hace varios años están utilizando frases como “Felices fiestas”, o en inglés “Happy Holidays”. El problema del nombre en inglés es que “holidays” que originalmente significaba “días santos”, y que haría cierta referencia a la Navidad, hoy se entiende por “vacaciones”.
Hace unos días, circuló la noticia de que en el Parlamento Europeo se pretendía prohibir que se utilizara públicamente la palabra “Navidad”, supuestamente, porque ofende a los que no comparten alguna religión cristiana. Aunque finalmente se retiró dicha propuesta, queda claro que los cristianos estamos empezando a perder ciertas libertades esenciales como la de expresarnos conforme a nuestra fe y nuestras convicciones.
La celebración de la Navidad es una de las fiestas más importantes de toda religión cristiana, comenzando por la católica y continuando por todas las denominaciones cristianas que tienen la fe en Jesucristo como salvador del mundo.
Pues bien, antes que permitir que se desnaturalice la fiesta de la Natividad del Hijo de Dios, tendríamos además pendiente el que en un futuro no lejano se dé mayor relevancia a la solemnidad de su Encarnación. Esto, porque como todos sabemos la vida de una persona comienza desde el momento de la concepción, por lo que resulta totalmente lógico pensar que la Encarnación, por obra del Espíritu Santo, ocurro alrededor de 9 meses antes del nacimiento del Mesías. Eso quiere decir, que la obra de la Redención del género humano siendo una voluntad eterna de Dios comenzó, en el tiempo, desde aquel momento en el que el Verbo de Dios, tomó para sí la naturaleza humana y se hizo hombre.
Hace ya 30 años, desde que algunos fieles católicos hemos insistido en este tema ante la Santa Sede, encontrando todo tipo de razones por las que, en la Iglesia, se considera imposible realzar esa solemnidad por razones diversas, una de ellas es, que 9 meses antes de la Navidad, la liturgia se encuentra inmersa en la Cuaresma, tiempo fuerte de preparación para la celebración de la Semana Santa que culmina con la Resurrección del Salvador.
Se nos ha quedado corto el año para poder incluir una fiesta que hoy más que nunca nos ayudaría a caer en cuenta de la importancia de defender la vida del hombre y la mujer desde su mismísimo inicio. Y, sí, desde el primer momento en que inicia la vida de un ser humano queda definido por la naturaleza su sexo, y con ello todas las características de su personalidad tanto en lo físico, como en lo psicológico y racional.
Qué importante es hoy en día, volver la mirada a la verdadera ciencia que nunca contradice la fe en quienes somos cristianos, porque la fe nos da el conocimiento de lo que está más allá de las posibilidades de la ciencia, que serán siempre limitadas, porque limitadas somos las personas humanas.
Como conclusión, este es un tiempo en el que tenemos que defendernos de quienes pretenden restar nuestro derecho a creer y a expresarnos con la libertad que como personas tenemos.
No queremos imponer a otros nuestras creencias, pero hemos de exigir que se respete nuestra libertad de creer y festejar, por todo lo alto, el gozo de sabernos hijos de Dios, gracias a ese Niño que nació en Belén, lo que celebramos cada año en el mes de diciembre.
¡Feliz Navidad!