Para conmemorar el día internacional de la niña: historias de una casa hogar
Fotos: Ayuda y Solidaridad con las Niñas de la Calle IAP
La denominación oficial para poder actuar democráticamente en un sistema económico, político y social como el nuestro, dice que la interacción oficial es solo cuando los individuos cumplen la mayoría de edad.
En este sentido, se necesita esperar 18 años para poder concretar tu ciudadanía oficial, antes de ello solo se le considera a esta población con el término “no votante”. Y se lo toman muy en serio. Los problemas que sufren las y los menores de edad son descomunales, el estado de vulnerabilidad que viven los infantes se representa igual de “oficial” que la denominación “no votante”.
La falta de datos sobre los problemas que sufre la población infantil es fantasma, con poco estudio, desarrollo y continuidad sobres las diversas adversidades que viven día a día, porque no son problemas que vengan de ayer.
En el claro ejemplo, como lo son los casos de la población infantil callejera, una problemática social tan compleja y delicada que deja a los números oficiales hablar como si fuese un enemigo invisible, de poca importancia y sin interés por solucionar esta situación.
En el último censo de la Ciudad de México, Diagnóstico Situacional de las Poblaciones Callejeras 2017-2018:
Se menciona que, en estos años de estudio, 2017 y 2018, aproximadamente hubo un aumento de 6, 754 personas que terminaron en la calle, 4, 354 de ellas fueron encontradas en el espacio público; 2, 400 en albergues públicos y privados.
El 87.27% fue el número referido para los resultados del género masculino y el 12.73% al género femenino. Las edades de esta población de mujeres rondan de 18 a 59 años, lo que significa el 11.29% total de este conteo. Tan solo en la alcaldía Cuauhtémoc se contabilizaron a 1 303 personas.
¿Dónde quedan las cifras de las niñas y los niños?
El problema no termina ahí. En el estudio Diagnóstico sobre las condiciones de vida, el ejercicio de los derechos humanos y las políticas públicas disponibles para mujeres que constituyen la población callejera, realizado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), refiere un tema muy importante para exponer el cual es su apartado con el nombre “Género y Calle”.
De acuerdo a esta problemática, la CNDH utiliza la distinción de géneros específicamente en nuestro país para poder diferenciar las diferentes problemáticas y necesidades de las personas en situación de calle, porque no es lo mismo ser un indigente hombre que una mujer.
En este sentido, volvemos al mismo punto, pero focalizado ¿En dónde quedan las niñas?
Con más de 25 años ayudando a la población infantil femenina, Ayuda y Solidaridad con las Niñas de la Calle IAP, es una institución que ha apoyado a las niñas en situación de calle, con diferentes servicios y cuidados con una casa hogar, que hoy, como todo el resto de la población en el mundo, se encuentra en cuarentena.
El día internacional de la niña se conmemora el 11 de octubre, fecha que se designó por la Organización de las Naciones Unidas.
En este contexto de conmemoración en defensa de los derechos de las niñas; en entrevista con Ayuda y Solidaridad con las niñas de la calle IAP, pudimos charlar sobre lo que pasa en esta institución.
Muy ansiosa de ser entrevistada, nos presentaron a Blanca.
Blanca es una niña de 9 años que lleva tiempo siendo beneficiaria de la casa hogar Ayuda y Solidaridad con las niñas de la calle IAP. Con un tono muy entusiasta y una gran sonrisa, esto fue lo que contó en nuestra charla:
Que tal Blanca ¿Cómo estuvo tu día? ¿Cómo te fue?
Bien porque festejamos el cumpleaños de Leti. También aprendí inglés. Aprendí las reglas del salón.
¿Cómo ha sido tu vida desde que te integraste a la institución?
Bien porque puedo jugar con mis compañeras.
¿Qué es lo que más te ha gustado de estar ahí?
Estudiar y jugar.
¿Cómo es un día de tu vida? ¿Qué haces desde que te levantas hasta irte a dormir?
Primero me levanto, desayuno, me peino, después del desayuno a las 9 tenemos que ir a activación física, después cada quien se va a su salón, ahí aprendemos nuevas cosas.
Después vamos a comer, nos lavamos los dientes y descansamos un rato. Ayer en la tarde tuve clase de nutrición. Aprendí sobre las vitaminas en los alimentos.
¿Podrías describirme el lugar dónde vives?
Yo estoy en “Catarinas”. La casa está dividida en 4 pisos: en el primero somos las “Catarinas, en el segundo están las “Mariposas”, en el tercero están las “Luciérnagas” y en el cuarto están las “Quetzales” junto con las “Gaviotas”.
¿Cómo has pasado la pandemia? ¿Qué no te ha gustado?
Bien, pero quiero ir a la escuela, allá afuera; también quiero ver a mis amigas y amigos.
¿Qué te ha gustado?
Que estamos aquí, juntas y también el homeschooling.
En el homeschooling hacemos cocina, experimentos, manualidades, amigo secreto y leemos.
Me gusta leer cuentos.
¿Qué te hace sentir cómoda?
Que me cuidan. El personal siempre está al pendiente de nosotras. Me hace sentir bien.
El contexto digital en el que se llevó a cabo la entrevista, nos facilitó el hecho para poder hablar.
En seguida de que Blanca se despidió, Leticia Becerril Palacios, directora de esta IAP, nos comentó a fondo el contexto de la institución en esta situación pandémica.
¿Cómo ha sido su forma de laborar desde que inicio la pandemia?
Somos una institución de puertas abiertas, lo que quiere decir es que las niñas que están aquí es porque ellas quieren estar aquí. Tratamos de que tengan una vida lo más normal posible.
Somos una familia de 70 niñas y más de 30 adultos cuidando, pero lo que buscamos es que sus actividades fuesen normales como cualquier niño lo hace afuera: visitando a los familiares cuando los hay, asistiendo a la escuela, a museos y a sus diferentes actividades de su vida diaria.
Lo primero que vino a cambiar la pandemia fue que esa política de puertas abiertas cambió, obvio tuvo que cerrarse. Las principales prioridades para nosotros eran dos: por un lado, mantener la seguridad física de todas las niñas y de los adultos, pero también con ello tener una salud emocional y mental que nos permitiera pasar esta pandemia.
Lo segundo fue mantener la operación de la casa a pesar de la inminente reducción de recursos financieros, materiales y humanos que teníamos antes de la pandemia. A más de un año y medio, hemos tenido que hacer muchos cambios organizacionales, operativos, pero sobre todo estar velando para que las niñas tengan este espacio seguro, lleno de cariño.
Luchar para que ellas puedan seguir aprendiendo, pero también para seguir contando con un espacio para que se puedan desarrollar cómo lo que necesita una niña, desde un espacio para dormir, para alimentarse adecuadamente, para jugar, para soñar, para hacer travesuras, para ir a la escuela.
Hicimos cambios, el hecho de estar ahora en este concepto de “puerta cerrada” implica que el personal que tenemos realmente realice absolutamente todo. Antes teníamos muchas visitas de donantes, voluntarios, aliados y socios que además deben venir a convivir con las niñas, nos ayudaban a que tuvieran este contacto con el exterior.
Hoy todo eso se ha reducido al mínimo, tuvimos que meter mano y hacer el uso de la tecnología, así que todas las actividades con voluntariado han sido a través de la virtualidad. Esto nos ha ayudado muchísimo en temas logísticos pero claros, ese contacto humano que tanto nos interesa que tengan, se ha reducido.
Imaginar esta población qué es vulnerable, ahora en pandemia es doblemente vulnerable, durante el primer año de pandemia nadie hablaba de las casas de asistencia, de ninguna edad, de niños, adolescentes por supuesto que menos de personas de la tercera edad.
Pensamos en cómo posicionamos que está población que también necesita todos los resguardos y apoyo en el tema de salud, pero también en toda la salud emocional. Se está levantando la mano en cualquier foro para decir que aquí hay niñas que también están enfrentando una pandemia y que, al contrario de muchas familias, ellas también están aquí encerradas y que no han podido salir durante todos estos meses.
En el camino, el equipo tuvo que responder, hacer cambios de horario de cobertura y por ello hoy la mitad del personal reside aquí. Eso es una de las grandes ventajas de tener una infraestructura tan grande, porque eso también le da seguridad al equipo para que no pueda estar trasladándose tanto tiempo en transporte público, pero a la vez también nos da seguridad de que nuestras niñas tengan el menor riesgo de contagio.
También el implementar los protocolos de bioseguridad que los hemos ido aprendiendo, porque todos éramos nuevos, no sabíamos cómo enfrentar está pandemia, las autoridades de las cuales dependemos, tampoco teníamos mucha señalización.
Hemos aprendido a brindar el mejor espacio para el equipo, porque una de las políticas que tenemos nosotros es de “cuidar a quienes cuidan”: si sabemos que nuestros adultos están bien, aseguramos que también nuestras niñas están bien.
No somos una organización de la sociedad civil, somos una institución de asistencia privada, lo que significa que nosotros subsistimos directamente de donativos. Esos también son reducidos de manera inmediata, sobre todo por algunos eventos que hacíamos de manera presencial.
Algunos pudimos mudar de manera virtual y entonces todo el equipo interno, patronato, donantes y aliados empezaron a responder a diferentes estrategias de procuración de fondos para que otra vez con estas dos prerrogativas:
º Poder mantener operando la casa las 24 horas los 365 días al año, sin perder la calidad y la personalización que es lo que todo el tiempo hemos estamos luchando, para entender que ahorita Blanca, a quien conociste, tiene unas necesidades muy particulares. También entender sus historias de vida y que cada una reciba lo que necesita.
º También habló de la personalización. No se vale decir que porque estamos en y que no la van a recibir.; eso es otro de los ajustes que hemos hecho.
Un gran reto que nos enfrentamos además de todo esto era seguir siendo una respuesta a aquellas niñas adolescentes y jóvenes que lamentablemente no pueden encontrar un lugar seguro en sus entornos.
Por un rato estuvimos cerrados precisamente para evitar cualquier riesgo, pero también en algún momento tomamos el riesgo porque nosotros existimos para brindar espacios seguros a niñas, así que empezamos a abrir las puertas, a recibir canalizaciones de autoridades gubernamentales.
También de casos particulares, entendiendo que la violencia y las condiciones no seguras de niñas y adolescentes seguían prevaleciendo ahí afuera y que lamentablemente algunas otras han aumentado.
Así que con nuevos protocolos y con todo un proceso de valoración que fue fortalecido, pudimos encontrar esos espacios de bioseguridad para poder entrevistar a las niñas y que pudieran venir a la casa y correr todo lo adicional que nos aumentó la pandemia, como disminuir todo riesgo de contagio, hacerles pruebas covid, que la niña cooperará y demás cosas.
Una vez ingresadas las niñas y las adolescentes, también pasaban por un período de cuarentena limitada: dos semanas en dónde se quedan en un cuarto de resguardo, precisamente para limitar cualquier tipo de riesgo.
Ha sido toda una serie de ajustes en todo sentido, siempre queremos compartir y que en algunas cosas nos equivocamos pero que siempre estamos retomando el camino para ser el lugar que las niñas necesitan.
¿Cuáles fueron las barreras principales que les dificultaron su trabajo?
Va en dos sentidos:
1. Tiene que ver con el modelo de atención en sí. Todo el tiempo tratamos de ser innovadores y tratamos de auto observarnos, porqué si decidimos que lo hacemos, lo hacemos bien.
Entonces en un entorno de puertas, la falta de capital humano que generalmente siempre nos apoyaba, nos puso a pensar en cómo reinventar al equipo para que ellos tengan la resiliencia suficiente de vivir con todo esto, la pandemia sigue ahí afuera:
Las proporciones familiares siguen, cómo poder integrar lo que cada uno de nosotros vive con nuestras propias familias y entornos, cómo integrar y crear este espacio seguro, tranquilo, estable y armónico, no desvinculado de la realidad en ningún momento, pero que sigamos chambeando con esa misma motivación, con esa misma vocación.
A pesar de la revolución que ha causado todo esto y viendo de manera particular los casos, hemos llegado a tener casos de niñas de nuevo ingreso que ya traen también otro tipo de problemáticas ya resultante del propio entorno que ha provocado el covid-19, los encierros o está falta de ir a la escuela.
Nosotros podemos hacernos cargo de esas problemáticas que cada una de ellas traiga, podemos integrarlas y poder decir que eso lo atacamos todo el tiempo, entonces en pandemia nosotros seguimos capacitando el equipo.
Los temas principales giran en torno a los diferentes temas organizacionales y en la profundidad del modelo de atención, con el fin de seguir escalando todo y luchar contra todo lo que se pueda presentar en esta pandemia.
2. Esto siempre ha sido una meta importante, es algo que tenemos en común las instituciones de asistencia privada, es diversificar las fuentes de apoyo, de recursos financieros, materiales y humanos.
Con esta visión, el 2020 es el más complicado en el sentido financiero, pasó el 2020 y no, ahora el 2021 es el más complicado, ahorita en el último trimestre del año sabemos que es aún peor.
Creo que los grandes retos que hemos enfrentado en esta diversificación de recursos es la pulverización qué ha habido de los donantes, obviamente ellos mismos están enfrentando esta pandemia con la contracción económica individual.
Para aquellos que pueden y quieren seguir apoyando causas sociales también tuvieron que cambiar las reglas del juego, tenemos que concursar por fondos cada vez menores en monto, tenemos que competir mucho con más instituciones, la claridad de permanencia de ciertos apoyos ya no es la misma que hace un par de años, entonces pues si se pulveriza todo se diversifica.
Lo que quizá, a lo mejor el esfuerzo de una persona que se dedica de tiempo completo podíamos hacer, ahora esa misma persona tiene que trabajar lo doble para conseguir por mucho menos de lo que estábamos consiguiendo.
A pesar de estas dos grandes realidades, no podemos presentarnos como una asociación relevante, que está actualizada pero que también está muy consciente de las niñas y que también viven los adultos.
Sí ha sido un cambio muy grande, han sido unos años, ya literal año de aprendizaje que nos obligó la pandemia y que hoy podemos contar con una institución fuerte porque ya veníamos trabajando el fortalecimiento institucional con tiempo atrás.
Si hace varios años nos hubiera agarrado esta pandemia, si hubiéramos tenido mucho más riesgo de ver que hacíamos con las niñas. Muchas casas hermanas nos trataron de echar la mano con muchas estrategias, pero iban relacionadas en regresar a las niñas, disminuir la población y cerrar, pero todas esas opciones nunca fueron un camino para nosotras.
Somos un equipo completo que tiene que permanecer operativo, activo y relevante, justo para este contexto de ayudar a niñas en situación de vulnerabilidad, doblemente impactada por temas de pandemia con todo lo que implica la parte económica, de violencia y escolar.
¿Cómo han llevado los temas de salud mental en la institución?
Para nosotros es un pilar muy importante la salud de las niñas y tenemos tres principales vertientes:
º La salud general: es la base lo que nos permite seguir desarrollando habilidades en las niñas y subsanar las historias. Después de lograr una buena salud general, de ahí se escala al siguiente punto.
º La salud emocional: esto implica a que, si no lo atendemos, todas las demás capacidades de una niña, ya sea que tenga 12, 18 o 21, no las va a poder relacionar.
º La salud mental: es nuestro tercer pilar para trabajar.
Desde antes de la pandemia veníamos trabajando esta triada porque esto impacta directo en la formación académica, familiar y laboral de las niñas. Así que, para nosotros en la pandemia, aunque sabíamos que no contábamos con muchos fondos, había menos actividades presenciales como el ir a la escuela, la salud mental y emocional tenía que ser prioritaria.
A través de diferentes actividades que fuimos haciendo nosotros mismos, pudimos compaginar gracias a un trabajo bien pensado. Primero fue un proyecto, pero después se convirtió en un programa, es el que te contaba Blanca, se llama “Homeschooling”.
Esto es literal un programa presencial de asistir a la escuela aquí con nosotros, que también estamos bajo el curriculum de la SEP, pero con esta nueva idea, con un enfoque constructivista, autocrítica, basada en experimentos y en la vida real.
Eso nos ayudó muchísimo, una vez teniendo este engranaje académico trabajando, así como Blanca te lo dijo, nos dimos cuenta que era la mejor forma de mantener bien la salud mental y emocional.
Parte de lo que vemos día a día con ellas es este auto conocimiento sobre cómo me siento, referido a un autodiagnóstico de gestión emocional que nos permite a las niñas hacerlas responsables; si yo estoy triste ¿Cómo se siente estar triste? ¿Cómo se siente estar ansiosa?
También nos permitió manejar todas las emociones naturales que se fueron desencadenando a través del encierro, como no venir a la escuela y ver las amigas o de los nuevos ingresos el entender porque en pandemia tengo que entrar a una institución.
Para nosotros es muy importante la salud emocional y mental, por ello contamos con un paidopsiquiatra, experto en eso y tenemos dos psicólogas de planta, hoy en día se hacen cargo de brindar atención ad hoc a cada niña con diferentes enfoques, no nada más el cognitivo-conductual qué es muy tradicional en casas de asistencia sino también incorporar sistémicos con otros enfoques más humanista, Gestalt y todo lo que la niña vaya necesitando en este enfoque personalizado.
Reconocemos que no somos expertos en todo, así que contamos con una red de expertos externos, que cuando vemos que la dinámica o la necesidad emocional de las niñas son más profundas, necesitamos tratamiento híper especializado.
Esta red de externos que en realidad se construyó y se consolidó ahorita en pandemia, justo para cuidar que ese aspecto no estuviera desatendido y que estuviéramos todo el tiempo trabajando en ello.
Además de tener estas áreas de salud física, mental y emocional, todas las actividades de la casa tienen un trasfondo psicopedagógico. Para las niñas es: “si estoy cocinando y haciendo un pastel” pero de trasfondo tenemos este manejo de gestión emocional, que va desde que el adulto lo detecta, como brinda atención y hacemos la prevención en casos extremos y no tan extremos.
Es importante hacerlo de manera individual las sesiones, algo muy ortodoxo, pero también en todas las actividades grupales que tienen las diferentes dinámicas que te contó Blanca, pasa todo el tiempo, se monitorea y verifica para que ellas tengan las herramientas que van a ir desarrollando el resto de su vida.
¿Cómo fue el proceso y estructura para formular el programa de Homeschooling?
Para entender cómo nos orillamos a tomar esta decisión fue porque como antecedente de la pandemia, en este término de personalización de las necesidades.
Llegamos a trabajar con 12 diferentes instituciones académicas, desde kínder, preescolar, primaria, secundaria, preparatorias y universidades, entonces en la dinámica pre pandemia era bastante normal que muchas aquí asistieron a diferentes escuelas y hasta en diferentes horarios, de acuerdo a sus necesidades.
Cuando llegó la pandemia y justo el mundo se preguntaba cómo iba a resolver sus problemas el reformularse que es lo que estaba pasando académicamente, fue muy complicado porque se necesitaban distintas plataformas y herramientas, como las digitales, algunas otras con la tele y hasta solamente con guías escritas..
Mantuvimos esa operación durante 2 meses, pero fue muy difícil, la casa completa se convirtió en escuela; todos nos convertimos en tutores, todo mundo era tutor las clases en línea.
En esta etapa las niñas si pasaron por episodios de ansiedad, todo fue justo por el encierro y esta situación académica se juntaba con la incertidumbre de no saber qué pasaba afuera. Esto le pasó a todo el mundo.
Después de ese análisis, para poder tomar decisiones de cómo hacer sustentable el derecho de las niñas a tener una educación de calidad con este enfoque personalizado, pero que también fuera sostenible por temas financieros y adaptable para el equipo, porque teníamos que seguir haciendo nuestra chamba, además de ser tutores de escuela.
Salió la respuesta gracias a este enfoque de “nueva escuela”, que en realidad no es nueva, lo que pasa es que no se había aplicado mucho en México. Nosotros somos la primera vez que se aplica en población vulnerable, eso sí lo podemos asegurar.
Nos apoyamos en una asesora que dona su expertise pro bono, ella está encargada de brindar estos espacios de homeschooling pero en niños talento, entonces fue un reto enfocarlo en niñas en situación de vulnerabilidad y con todos estos rezagos que significa en su historia de vida.
Lo primero fue convencernos de que internet era un salto al vacío, pero que lo principal era poder brindar este derecho a la educación con el corte de ayuda y solidaridad; lo segundo, que costó muchísimo trabajo fue poder comunicar a las escuelas cuáles eran nuestra necesidad por tener más de 60 niñas en encierro domiciliario en una misma institución.
La negociación con las escuelas fue mucho más abierta, en otras no, hubo de todo, pero al final de varios meses lograron entender que era el proyecto que nos facilita tener a las niñas aprendiendo en un espacio sano y seguro.
Así que lo que empezamos a hacer en este sentido fue que una vez teniendo la currícula oficial de la SEP, fue a través de vincular contenidos. Nosotros no hacemos la clase oficial de matemáticas o de español, sino todo está mezclado, mientras ellas hacen una actividad experimental que puede ser desde cocinar o preguntarnos cómo estamos, también vemos cuestiones de matemáticas, o español, o de lenguaje, psicomotricidad, etc.
Empezamos a transmitirles a las niñas desde el primer día, que el aprendizaje en casa podía ser posible y que también podría ser divertido. Al hacerlo divertido obviamente la integración de los conocimientos es mucho más fácil y ellas mismas se hacen gestoras de lo que van aprendiendo.
Empezamos con horarios de escuela, como nos comentó Blanca: a las 9 empieza la activación física, después dentro de la casa cada quien asiste a sus respectivos salones de clase, en el cual estas aulas que están funcionando con nuestro sistema de educación experimental, van de las 9 a las 2 de la tarde.
Lo importante del Homeschooling es que nos ha permitido que a pesar de tener sus contenidos, está diversión y aprendizaje está muy centrada para que en cualquier horario lo puedan replicar, ya sea cuando estén comiendo, en la tarde o en los fines de semana, con sus propias cuidadoras, aquí se le llama couches.
Cumpliendo todo un ciclo escolar con homeschooling, hoy sí tenemos la decisión concreta de qué es el modelo que a nosotros nos ha quedado, porque operativamente sacar 70 niños otra vez a la escuela es complicado con todas estas medidas de bioseguridad.
Así que hoy tenemos en este programa de homeschooling a todas las niñas de preescolar y primaria, nos lanzamos con las chavas de secundaria a que, si pudieran regresar presencialmente a sus clases a una escuela, para que puedan ir de acuerdo a lo que la escuela pide, como ahorita, van una semana presencialmente y otra no.
Toda la camada de niña siguió avanzando, hoy tenemos a 12 chicas en preparatoria, cada una siguiendo los requerimientos de cada una de sus prepas lo requiere. Tenemos a una chava en universidad estudiando la licenciatura, con ellas tomamos un programa mucho más especializado, dependiendo lo que requiera la institución o la universidad.
Tenemos de todo, pero sin perder esta prerrogativa de tener un lugar sano, divertido y estable para las niñas.
¿Cuál es la estructura de la casa hogar? ¿Cómo están organizadas las niñas y como es que conviven en este espacio?
En el tenor de tener esta personalización ad hoc a las necesidades de las niñas, la casa está dividida por etapas de desarrollo, justamente por el rezago social y familiar que traen las niñas, puede ser que una chava venga de 8 años pero que jamás había ido a la escuela, o recibir chavas de 12 años o más que quizá vienen de una población indígena y que nunca ha ido a la escuela.
Tomando en cuenta esta diversidad de necesidades, la casa también lo permite, es un edificio bastante grande, así que está dividido de la siguiente manera:
º En el primer piso tenemos a las Catarinas: son las niñas de 4 a 9 años. Requieren cierta tensión, entender la etapa de desarrollo en la que se encuentran, así como la creación de hábitos.
º En el segundo piso están las Mariposas: son adolescentes de 10 a 15 años.
º En el tercer piso se habitan las Luciérnagas: son chavas mayores de 15 años a 18 años.
Somos de las pocas casas que trabajamos con adolescentes y jóvenes mayores de edad, por temas jurídicos, porque después de los 18 años no hay ninguna obligación institucional ni gubernamental, sin embargo, en nuestro enfoque de brindar este espacio seguro, no importa la edad.
Nos da mucho gusto que de manera voluntaria las chicas mayores de 18 años siguen encontrando en Ayuda y Solidaridad un espacio seguro que las impulsa a alcanzar el máximo de sus capacidades.
º En la cuarta etapa se les llama Quetzales: son chavas mayores de 18 años que trabajan y estudian, la mayoría ya estudiando una licenciatura.
º La última etapa se les denomina como Gaviotas: es el paso previo a la vida independiente.
Son las 5 etapas que tenemos y cada una requiere sus propias necesidades, su propio escucha, sus propias actividades y también el acompañamiento indicado para su desarrollo.
¿Cuál es el objetivo actual de la Institución a largo plazo?
Seguir siendo un espacio seguro y lleno de cariño para las diferentes situaciones de vulnerabilidad que incrementan en las niñas, adolescentes y jóvenes.
En los últimos años hemos visto que el perfil de la necesidad de apoyo, se ha ampliado muchísimo y creo que nuestro principal compromiso es seguir ampliando esta gama de atención; prepararnos nosotros y seguir siendo un ejemplo relevante de que una buena educación una buena vida si es posible en instituciones como nosotros.
Que las niñas, adolescentes y jóvenes encuentren un espacio seguro con atención de género y en temas de Derechos Humanos para que puedan hacerse cargo de su propia vida, el tiempo que decidan estar con nosotros, ya sea un año académico o muchos años más.
Que no caigamos en una institucionalización de vista asistencial, sino que el tiempo que estén con nosotros podamos desarrollar está auto visión de cada una de ellas y puedan decidir desde qué estudiar y ampliar sus horizontes como “puedo acabar la primaria, puedo seguir con una secundaria”.
Puede ser que no decidan estudiar una licenciatura, pero si poderlas llevar al máximo de su potencial y que con eso puedan tomar las mejores decisiones para entablar una carrera laboral, tomar decisiones en términos de pareja y de creación de familia.
¿Emocionalmente cómo define su sentir al ayudar a niñas de la calle?
Puedo ser la vocera de todos los que estamos aquí: estamos para servir, pero para servir con un enfoque súper humano y muy profesional.
Siempre tratamos de cortar este enfoque asistencial, no porque tengamos nada encontrado, porque sabemos que en algunas cuestiones funciona muy bien, pero la misión es justamente servir bien con este enfoque de largo plazo.
Esperamos que, con esto, las cuestiones de género ya no tengan un impacto negativo en las niñas, adolescentes y jóvenes que así lo viven. Nuestra propia historia es ayudarlas a encontrar un mejor espacio en este mundo.
A continuación, conocimos a Celeste, quien también pudo acercarse y darnos su testimonio. Celeste es una pequeña de 11 años que ingresó hace poco a la institución. Con tan solo un par de semanas viviendo en la casa hogar, nos platica su sentir:
Hola Celeste ¿Cómo te sientes? ¿Cómo estuvo tu día?
Me siento bien, mi día estuvo divertido.
¿Qué hiciste en el día?
Estuvo divertido: me levante, me bañe, desayune, jugué un rato, otra vez comí, ayude a coser, otra vez jugué y otra vez comí.
Me gusta jugar porque puedo estar con mis amigas y también coser porque he aprendido mucho sobre eso.
¿Qué piensas de la pandemia? ¿Cómo la has pasado?
Pienso que ha afectado mucho a las personas.
Ha estado divertida pero también aburrida porque ya no veo a mis compañeros de la escuela y no puedo salir.
También extraño a mis tíos.
Espero volver a salir de compras pronto con mi mamá.
¿Cómo ha sido tu vida desde que te integraste a la institución?
Las actividades, mi vida ha sido divertida desde que, entre aquí, como, aprendo y juego.
En mis clases de canto me siento bien. Quiero ser una cantante famosa.
Así es como Celeste define su vida en este lugar en donde el amor, la solidaridad y la resiliencia son valores que se inculcan en cada una de las actividades y de sus habitantes.
Ayuda y Solidaridad con las Niñas de la Calle IAP. Página web: https://ayuda.org.mx/ Facebook: @ayudaysolidaridadconlasnnas Twitter: @Solidaridad_IAP