El Papa que viene a México

Raúl Espinoza Aguilera
Blog: www.raulespinozamx.blogspot.com

Pocas veces he leído un libro con tanto gusto e interés como “Joseph Ratzinger: El Papa que viene a México. Vida y Pontificado” escrito por la periodista Cristina Alba Michel y que acaba de publicar Editorial Minos Tercer Milenio (1).
He leído otros libros, ensayos y artículos sobre Benedicto XVI pero este texto me captó la atención desde el principio. En primer lugar por su amenidad y, además, porque está escrito con una prosa cuidada.
En segundo lugar, porque nos presenta una biografía de la vida y del Pontificado del Santo Padre, desde que  era niño hasta nuestros días, con bastante agilidad periodística.
Hay facetas de su personalidad que para mí eran desconocidas, como por ejemplo: su gran amor por la naturaleza, por los animales. Dice la autora que el mejor regalo de Navidad que le podían dar de niño al pequeño Joseph era una mascota: un perrito, un gato…
Benedicto XVI proviene de un humilde hogar donde sus padres y sus hermanos se querían entrañablemente y recuerda  que cantaban con frecuencia. De allí le viene su afición por la música y el piano; no obstante que en la sociedad alemana -de aquellos turbulentos años treinta- se respiraban vientos de guerra que sembraba el nacionalsocialismo y una actitud beligerante hacia el catolicismo.
En 1951, teniendo 24 años, fue ordenado sacerdote y pronto comenzó a enseñar teología en varias universidades de Alemania. Su impecable lógica y ecuanimidad para dialogar y razonar, la facilidad de palabra y su brillante inteligencia fueron elementos claves para que los Cardenales y Obispos alemanes se fijaran en él y lo animaran a colaborar estrechamente en el Concilio Vaticano II.
El Papa Paulo VI, debido a su destacada participación frente a los padres conciliares, veía en él a un gran teólogo en la línea de la reforma conciliar y le quería implicar en la labor de divulgar la adecuada interpretación de los cambios en la Iglesia, saliendo al paso de numerosos abusos posconciliares. Así que fue nombrado Obispo y posteriormente Cardenal en 1977. ¡Dos pasos importantes en servicio de la Iglesia y en un sólo un año!
Su lema episcopal fue: “Colaborador de la Verdad” y nunca tuvo miedo de enfrentar a las posturas  teológicas erróneas o francamente heréticas en el seno de la Iglesia, tarea en la cual no  le fueron ahorradas conflictos ni incomprensiones.
Su elección como Papa también fue sorprendente: bastaron un par de días  y cuatro votaciones, en uno de los Cónclaves más cortos de la historia de la Iglesia.
Otra de las ideas relevantes que expone esta autora es que el  Pontificado de Benedicto XVI se ha caracterizado por su amor a la Eucaristía. En todos sus encuentros, el centro del mensaje es Cristo-Eucaristía. La Sagrada Hostia –donde se encuentra el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad  de Jesús- resulta el misterio que transforma el mundo y de la cual surge la revolución del amor, y a partir de ella,  sobreviene como consecuencia la verdadera reforma de la Iglesia y el celo por la salvación de todas las almas. Así lo recogen los discursos que pronunció en Colonia reunidos en un libro, con el sugerente título: “La Revolución de Dios”.
El texto continúa relatando sus diferentes viajes por todo el mundo, sus alocuciones en diversas universidades, sus encíclicas y un buen número de anécdotas que resultan bastante enriquecedoras acerca de la personalidad de Benedicto XVI.
El libro echa un rápido vistazo por los temas que el Romano Pontífice aborda con más frecuencia: el amor y la fe en Cristo, la Liturgia y la Palabra de Dios, la devoción a la Virgen María, la misión a la santidad a la que están llamados sacerdotes, religiosos y laicos, la importancia del amor a la Cruz y  la frecuencia de los sacramentos, la atención esmerada hacia los jóvenes, el Ecumenismo,  la defensa de la vida humana, del matrimonio y de la verdad (contra las posturas relativistas), los graves peligros que presentan las sociedades materialistas, consumistas y hedonistas…
Hay una anécdota que me encantó y que cuenta Francesco Cossiga, ex Presidente italiano que, tras almorzar con el Papa, relató a la prensa que Benedicto XVI era una persona afable, sencilla y muy accesible. Con todo, señalaba que es una de las personas más cultas e inteligentes que había conocido. Y Cossiga culminó divertido comentando: “La gente no sabe cuán alegre es este Papa. Cuando le  conté algunos chistes, se ha reído mucho”.
Cuando Benedicto XVI visitó Estambul, en plenas tierras musulmanas, el “Turkish Daily News” puso en su titular: “El Papa está conquistando corazones”. Pienso que si eso ha pasado en la lejana Turquía, con una minoría cristiana, ¿qué no ocurrirá  en nuestro país dentro de pocos días?
En síntesis, éste es uno de esos libros que se antoja tener en el librero para periódicamente releerlo por su rico y bien documentado contenido.
(1)  Alba Michel, Cristina, Joseph Ratzinger, El Papa que viene a México. Vida y Pontificado. Editorial Minos Tercer Milenio, 2012. 206 páginas. ventas@minostercermilenio.com y www.minostercermilenio.com