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Anunciación.- En este mes del niño, y en el contexto de una sociedad cada vez más preocupada por promover una cultura de protección del menor, es necesario subrayar la importancia de las figuras paterna y materna en su desarrollo, así lo informó Carlos Becerra Rebelo, psicólogo infantil: “la presencia de ambas figuras (masculina y femenina) influye de manera determinante en la personalidad de los niños y, por el contrario, la ausencia de alguna, contribuye a la adopción de roles, a veces no tan adecuados, a manera de compensación”.
Algunos estudios han revelado que la presencia del padre en el niño es de vital importancia para su desarrollo mental y emocional, debido a que la identidad masculina se construye a través de la relación con otros hombres, específicamente con el padre y la constante interacción del binomio padre-hijo.
“La ausencia del padre dificulta la normalidad del desarrollo, pues aunque la primera y fundamental relación de la vida es la relación con la madre, la figura paterna es básica en la constitución del aparato psíquico, provocando con su falta, una considerable ansiedad” señaló Becerra.
En el caso de la figura materna, el vínculo que se establece con el hijo, desde la gestación, no sólo repercute en el tipo de convivencia familiar sino en la manera en cómo se llevarán a cabo las relaciones sociales del niño a lo largo de su vida: “el concepto primario entre madre e hijo, no sólo determina la calidad de los vínculos sociales futuros, sino que también la falta de estimulación temprana afecta el buen desarrollo de relaciones emocionales, sociales y cognitivas”.
Dijo que todo niño tiene derecho a una madre y a un padre. “La aportación que ambas figuras le brindan es una combinación de ventajas en lo particular y en conjunto; sin duda, la ausencia de alguna, repercutirá en el estado psíquico del menor”, puntualiza el experto en psicología conductual.