Anunciación.- Para Benedicto XVI la cercanía de quien se han alejado de la fe de la Iglesia se ha convertido en algo “más urgente que nunca”.
El pontífice explicó que la Iglesia necesita lanzar “una nueva evangelización dirigida a quienes, a pesar de que ya han escuchado hablar de la fe, han dejado de apreciar la belleza del cristianismo, y en ocasiones lo consideran como un obstáculo para alcanzar la felicidad”.
Por eso, explicó que la Iglesia debe dejar el mensaje de que La felicidad que buscamos, la felicidad que tiene el derecho de experimentar tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazaret, escondido en la Eucaristía”.
Expresó que la fe no se conserva en el mundo, no se transmite automáticamente al corazón del hombre, sino que debe ser siempre anunciada.
Para que sea eficaz la fe debe comenzar por un corazón que cree, que espera, que ama, un corazón que adora a Cristo y cree en la fuerza del Espíritu Santo”, indicó.
Según constató, “los hombres se olvidan de Dios también porque con frecuencia se reduce la persona de Jesús a un hombre sabio y se debilita o incluso se niega la divinidad”.
Por tanto, alentó “el compromiso por una renovada estación de evangelización, que no es sólo tarea de algunos, sino de todos los miembros de la Iglesia.
Por lo que pidió comprometernos con confianza, apoyados por la certeza de que la gracia de Dios siempre actúa en el corazón del hombre.