Durante un mensaje, el papa Benedicto XVI dijo que existe una corresponsabilidad en el camino de la vida cristiana: cada uno, consciente de sus propios límites y defectos, debe aceptar las correcciones fraternas y ayudar a los otros con este particular servicio.

Recordó el texto del Evangelio dedicado a la vida de la comunidad cristiana que establece que el amor fraternal comporta también un sentido de responsabilidad recíproca.

Por ello, señaló, si mi hermano comete un error en mi contra, yo debo utilizar la caridad hacia él y, en primer lugar, hablar con él personalmente, explicándole que lo que ha hecho no es bueno.

El Papa aseguró que este modo de actuar se llama corrección fraternal y que no se trata de una reacción a la ofensa sufrida , sino que es un actuación movida por el amor hacia el hermano.

Sin embargo, si pese a esto, nuestro hermano rechaza la observación, hay que decírselo a la comunidad. Si no escucha ni siquiera a la comunidad, hay que hacerle percibir su alejamiento, que él mismo ha provocado separándose de la comunión de la Iglesia.