Eduardo Chiu

El Diario español El País publicó ayer una carta de Javier Esparza, neurocirujano infantil, titulada “Nadie tiene derecho a obligar al sufrimiento” en la cual se argumenta la negativa en contra de la prohibición del aborto en los casos de malformación fetal, en dicha misiva se alegan las explicaciones “humanitarias” para permitir dicha práctica. La principal justificación del médico es el sufrimiento que los niños con dolencias puedan tener y por consecuencia sus familias.
Ante los argumentos de Javier Esparza, Javier Pérez Roldán abogado de familia y padre de una niña con espina bífida respondió lo siguiente: “Lo que nos hace sufrir a los afectados por esta enfermedad son los profesionales médicos como usted. Cuando a los tres meses del embarazo nos anunciaron la enfermedad de nuestra hija, nos recomendaron insistentemente el aborto, y ello hasta hacernos sentir culpables si traíamos al mundo a un niña solo para que sufriera”.
El abogado le demanda al neurocirujano que todos los niños que vengan con este mal o cualquier otro tienen la misma dignidad y el derecho a vivir que cualquier otra persona. El abogado manifiesta que ha conocido a niños con depresión por culpa de la separación de los padres, ante ello hace la comparación que sufren más ellos que su propia hija.
Por otro lado en el mismo continente pero en Suiza se autorizó la controvertida prueba que detecta el Síndrome de Down. Ante dicha decisión se generarían más abortos en el país, la prueba comenzará a comercializarse a partir de mediados del mes de agosto y se basa en el análisis de las muestras de sangre de las mujeres embarazadas, la respuesta de las organizaciones pertenecientes a la Federación Internacional del Síndrome de Down procuraron convencer a la Corte Europea de los Derechos Humanos que no reconozca ese método en el entendido que se debe preservar el derecho a la vida.
Lo sucedido en Suiza transcurre en el mismo tiempo que en España con la contiendapara que el gobierno del Partido Popular elimine completamente el aborto.