Anunciación.-El sacerdote católico Alejandro Solalinde, defensor de los derechos humanos de los migrantes, coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana Pacífico Sur del Episcopado Mexicano y director del albergue “Hermanos en el Camino” en el municipio de Ixtepec en el estado de Oaxaca, proporciona asistencia humanitaria e integral, además de orientación a los migrantes de Centro y Sudamérica, en su paso a Estados Unidos.
En un artículo de opinión, publicado en uno de los medios de circulación nacional el 7 de agosto del 2012, se afirma textualmente: El obispo Armando Campos ha señalado que, como parte de una de las reestructuraciones de las comisiones de la pastoral de la Movilidad Humana, el padre Alejandro Solalinde será retirado de la administración del albergue en noviembre y quedará adscrito a una parroquia.
Ante este hecho el obispo de Tehuantepec señaló lo siguiente:
-El trabajo del Albergue en la Diócesis, no depende de la Comisión Episcopal, ni de la Dimensión de la Movilidad Humana; solamente hay comunicación y apoyo en el intercambio de experiencias y criterios de Iglesia. Es un trabajo que, como muchos otros realizados por sacerdotes, religiosas y laicos en la vida diocesana, dependen de la Diócesis.
-El trabajo pastoral con los pobres es una condición del Evangelio y la Iglesia debe responder a esta exigencia. Esta Diócesis de Tehuantepec se ha puesto al servicio de ellos de muy diversas formas en todas las comunidades parroquiales. Los migrantes son sin duda un rostro doliente que no podemos ignorar. Todas las parroquias de la Diócesis, particularmente las que forman el corredor de Chahuites-Tapanatepec, hasta Palomares, aproximadamente 14, atienden a los migrantes, convirtiendo, en ocasiones, en albergues los mismos templos. Ixtepec y Matías Romero son ciertamente los que tienen un espacio exclusivo para ellos. No puedo menos que reconocer el trabajo anónimo de muchos laicos, religiosas y sacerdotes que tienen que atender permanentemente a estos hermanos.
-El trabajo del Padre Solalinde nunca ha sido devaluado. Él, junto con otros grupos, ha puesto en la agenda social y política el tema de los migrantes para promover leyes más justas y un trato más humanitario de las autoridades hacia los hermanos que tienen que atravesar el territorio nacional sin documentos. Por otro lado, desde la primera vez que me informó que sufría amenazas, en declaración escrita y publicada en la Diócesis, solicité el apoyo a su trabajo y el respeto a su integridad personal.
-En cuanto al Albergue Hermanos en el Camino, lo único que pide el Obispo es que se mantenga siempre en condiciones de salubridad y de respeto a todas las personas para que quienes tienen la necesidad de pasar por ahí encuentren un oasis de serenidad interior que les fortalezca ante las dificultades del camino y que se aprovechen al máximo los recursos humanos y económicos que católicos y no católicos, instituciones de Iglesia, privadas y aún oficiales, ofrecen con generosidad para la subsistencia del Albergue.