Anunciación.-Las comunidades del Istmo de Tehuantepec lo han corroborado de la peor manera. A más de un mes del hundimiento de una monoboya de Pemex en la costa de Oaxaca, el derrame de crudo al mar sigue causando estragos en playas y fauna marina. El desastre ambiental ha dejado a lo largo de 200 kilómetros de litoral: afectaciones en 20 playas, lagunas, pozos de agua potable y criaderos de tortugas.

En el marco del Congreso Nacional del Petróleo 2012, en el mismo sitio donde se discuten los avances tecnológicos de la extracción petrolera y la abundancia de hidrocarburo en el territorio mexicano, las organizaciones Costasalvaje AC y Greenpeace, acompañados de los principales afectados por los derrames petroleros de la costa oaxaqueña, exigieron un alto a la ineficacia técnica y negligencia de la paraestatal  ante los continuos accidentes en el manejo de crudo y su grave impacto ambiental.

Un grupo de 30 personas conformado por miembros de los municipios oaxaqueños afectados: Salina Cruz, Tehuantepec, San Pedro Huamelula y Santiago Astata, exigen la limpieza de playas, lagunas y pozos de agua potables, denunciaron la indiferencia de Pemex ante el desastre ecológico.

La paraestatal no ha emitido un reporte total de los daños, del impacto generado a los ecosistemas, de cuáles y hasta cuándo serán las labores de limpieza y remediación, así como tampoco sobre las compensaciones correspondientes para la población afectada.

Al menos 60 tortugas marinas han muerto en las playas de Morro Ayuta y La Escobilla, ambas cruciales para su sobrevivencia y donde se concentran al año en anidación masiva casi 2 millones de la especie.

Los pescadores consideran que el hundimiento de la monoboya representa el mayor desastre ecológico que atente contra el ambiente marino, causando un gran daño a la reproducción de las diversas especies, especialmente las del camarón que actualmente se encuentran en periodo de veda.

Green Peace
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