Vacaciones y realizar altruismo veraniego
Las vacaciones son la época de salir de la rutina y de hacer actividades diferentes a lo cotidiano. Eso puede fácilmente incluir hacer actividades que traigan un beneficio a un grupo de personas o a una comunidad. En otras palabras, agregar altruismo a la maleta de viaje.
Viajar para realizar acciones concretas
Una manera directa de vivir altruismo en vacaciones es renunciar ir a sitios turísticos y buscar opciones que impliquen viajar a algún lugar únicamente para realizar acciones en favor de los demás.
Existen organizaciones a nivel mundial o local que reciben voluntarios para ayudar en sitio, es decir, unirse a brigadas para trabajar, sobre todo, físicamente: actividades de construcción de casas, reconstrucción de zonas afectadas por desastres naturales; o con la experiencia profesional en apoyo para actividades escolares o de desarrollo de proyectos productivos, otorgamiento de servicios médicos, etc.
Estas asociaciones, a veces, ofrecen apoyo para el traslado, la alimentación y el albergue, pero en otras, quien esté interesado debe costearlos total o parcialmente. Es una forma absolutamente diferente de vivir las vacaciones, pero con recompensas internas también muy diferentes.
Buscar destinos más allá de lo comercial
El turismo ecológico es una actividad que no pierde vigencia, pues en su concepción original busca respetar el equilibrio con naturaleza, pero también tiene una fuerte vinculación con las comunidades de cada destino. Se trata de vacacionar buscando alterar muy poco el entorno y/o realizar acciones de compensación para asegurar la sustentabilidad a largo plazo.
Hay grupos o instituciones que se han especializado en crear albergues manejados por gente local que no sólo tienen así ingresos dignos, sino que invierten en la preservación de las zonas donde operan para que los beneficios sean más extensos.
Si surgen dudas sobre a dónde ir, un buen criterio es elegir aquellas instituciones que se enfocan en lograr que la gente del lugar se capacite para operar de manera independiente y no depender de nadie para lograr sus metas; sobre todo, aquellas que trabajan con comunidades marginadas o vulnerables.
Estos destinos resultan así en un ganar-ganar, pues los visitantes no sólo tienen experiencias enriquecedoras y divertidas, sino que aprenden a convivir de otro modo con las personas y con la naturaleza. Se llevan enseñanzas que seguramente les durarán toda la vida.
Acciones altruistas tus viajes regulares
Una buena opción es preguntar al llegar a los destinos turísticos sobre los comercios que fomenten el comercio justo, es decir, aquellos que además de apoyar a productores locales lo hagan bajo normas de equidad y evitando la explotación. Eso puede aplicar tanto restaurantes como tiendas de artesanías, de tal modo se podrá disfrutar de una deliciosa comida o llevarse a casa un producto que dejó un plus de ayuda.
Eso también se puede lograr, dependiendo del destino, con las actividades recreativas que se quieran realizar. Preguntar y elegir aquellos proveedores que se muestren dispuestos a hacerlas respetando la naturaleza, la legalidad, pero, sobre todo, la dignidad de las personas.
Finalmente, se debe recordar que el altruismo es una actitud tan amplia que, con que llevar una bolsa o recipiente para ir recogiendo la basura que dejaron otros en la playa o en el bosque, ya se está contribuyendo a un mundo mejor para los demás porque se ayuda a preservar la naturaleza. Sobra decir que levantar la propia basura, evitar el uso de botellas de plástico y empaque no biodegradables al explorar las zonas que se visitan se da por sentado que ya es parte del estilo de vida.