Anunciación.- Miguel Miró, prior general de los Agustinos
Recoletos, señaló en la entrevista realizada por José Manuel Vidal, para el periódico Religión Digital, información religiosa de España y el mundo, que “desea un Papa que hable con libertad profética, y anuncie el Evangelio con audacia.Ante la renuncia del Papa amerito Benedicto XVI, el general de los Agustinos Recoletos comentó que fue ungesto de humildad, de responsabilidad y de servicio a la Iglesia y una forma también de entender el gobierno de la Iglesia como un servicio y no sólo como algo personal o de manifestación propia.
“Sería una pena que entendamos el sacerdocio o la vida religiosa como un afán de protagonismo, de sobresalir o de destacar. Justamente el Evangelio lo que nos enseña es el servicio, que el amor se haga servicio.” afirmó Miguel Miró.
Comentó que para él, el Papa ideal y el que le pide al Señor es que tenga cinco cosas: lo primero, que sea un hombre de fe y un hombre de oración, que tenga una profunda experiencia de Dios y que hable con libertad, con libertad profética para denunciar todo aquello que no funciona; y que anuncie el Evangelio con audacia, tranquilamente, sin miedo, sin componendas, haciendo una propuesta a nuestra sociedad plural desde la convicción de la fe. Y todo lo que enlista coincide con francisco.
Afirmó que el Papa tiene que ser un buen comunicador, un hombre que llegue al corazón con su palabra, y que aliente la fe, la caridad y la esperanza de los católicos; y que a la vez sea luz para aquellas personas que no creen y para tantas otras que buscan a Dios.
Aseguró que la Iglesia es pluralidad, y cada congregación es como una vidriera de la catedral; cada una tiene que aportar una tonalidad diferente, un color que transmite determinada luz. Una pluralidad de vivencias. Eso es el Evangelio encarnado en diferentes servicios sociales, ministerios y carismas.
Ante la situación que está viviendo España o Italiacomentóque desearía quehubiera personas honradas, honestas, transparentes, coherentes con lo que dicen. “A mí que me dejen de derechas y de izquierdas, porque tengo dos manos, y las necesito a las dos.Estas cosas no me interesan. Sé lo que me conviene o no me conviene según el Evangelio”.
“La fe en un Dios que nos ama nos da fuerza para afrontar las dificultades, no para evadirnos de las responsabilidades de este mundo. Tenemos que recuperar la fuerza de la fe con esta dimensión profética, de denuncia, siendo consecuentes con nuestra propia vida”.
