Anunciación.- ENLACE, Comunicación y Capacitación es una organización civil con 31 años de experiencia, y cuya trayectoria se basa en el acompañamiento de procesos de desarrollo local autogestivo en comunidades indígenas de Chiapas, Guerrero y Oaxaca.

Ante lo ocurrido en La Montaña tras el paso de la tormenta Manuel la organización se dio a la tarea de presentar un informe resultado de una visita que se realizó el 26 y 27 de septiembre de 2013 a las comunidades de San Lucas, Tierra Blanquita, Llano de las Piedras, Llano de Laguna y San Miguel Amoltepec Viejo del municipio de Cochoapa el Grande por el equipo de Enlace en Tlapa y por estudiantes de la Universidad Pedagógica Nacional – Unidad Tlapa.

A la redacción del periódico Todo México Somos Hermanos llegó el reporte que la organización realizó, gracias a Ixchel Carrasco, coordinadora de la institución en Tlapa, Guerrero, quien envió el documento titulado  “Entre el desamparo y la resistencia: Realidad de los pueblos de La Montaña de Guerrero” y en el cual destacan los puntos más importantes.

A casi un mes de que la tormenta Manuel arrasara a su paso con La Montaña, las cosas siguen igual, la ayuda ha llegado con mucha demora y lo peor es que el gobierno ha mostrado ante esta situacióndesatención e indiferencia .

Después de la catástrofe en la región de La Montaña, los daños que sufrieron las comunidades indígenas y mestizas siguen siendo incalculables, por un lado por la magnitud del desastre, y por el otro, porque aún se desconocen los impactos en algunas comunidades que a casi un mes de lo ocurrido aún siguen incomunicadas.

La Montaña de Guerrero es un territorio pluriétnico en donde convergen los pueblos indígenas: Ñuu´Savi (mixteco) “pueblo de la lluvia”, Me´phaa (tlapaneco) “pueblo del fuego”, el Naua el “pueblo del maíz”, y los pueblos mestizos.

La región se conforma por 19 municipios, de los cuales en al menos 7 de ellos están concentradas las mayores afectaciones: Malinaltepec, Tlacoapa, Acatepec, Atlamajalcingo del Monte, Iliatenco, Metlatónoc y Cochoapa El Grande.

Las afectaciones en mayor o menor dimensión han generado impactos desoladores para las familias, quienes por un lado siguen esperando la reacción y atención del gobierno, y por el otro, construyen en la cotidianeidad organización y alternativas para su sobrevivencia.

En un recorrido por las comunidades de San Lucas, Tierra Blanquita, Llano de las Piedras, Llano de Laguna y San Miguel Amoltepec Viejo pertenecientes al municipio de Cochoapa El Grande, se puede constatar la realidad que enfrentan los pueblos que fueron afectados por el paso de “Manuel” y que lamentablemente a la fecha siguen siendo de los más desfavorecidos, discriminados y marginados de ayuda humanitaria por parte del gobierno.

Las carreteras y caminos de terracería para llegar a las comunidades del municipio eran poco accesibles antes de la tormenta, pero tras este desastre natural han dejado en mayor aislamiento a los pueblos y son prácticamente intransitables. Los tiempos de recorrido se han duplicado tanto por lo inaccesible del terreno como por los deslaves que se llegan a encontrar.

Para las comunidades que están incomunicadas por los derrumbes de los caminos, se tiene que llegar y salir caminando, a través de veredas que han abierto las y los pobladores. Las comunidades de San Lucas, Tierra Blanquita, Llano de las Piedras, Llano de Laguna y San Miguel Amoltepec Viejo están integradas entre 35 y 72 familias; quienes a pesar de la tristeza por la pérdida de sus bienes, se sienten con cierta tranquilidad porque no perdieron a ningún familiar, lo que les permite tener fuerza para pensar en el mañana.

En el reporte que la organización compartió a través de Ixchel Carrasco, destaca el testimonio de Rosa Francisca Ortega de 37 años de edad, mujer Na´Savi de la comunidad de San Miguel Amoltepec Viejo, Rosa Francisca comentó que el día del derrumbe del cerro Yuku Nuún “de Pinta” sobre su comunidad, logró salir huyendo con sus nueve hijas e hijos: “lo perdimos todo, perdimos nuestra casa, todas nuestras pertenencias que con mucho trabajo las fuimos comprando, nuestros cultivos, nuestros animalitos, nuestra ropa y una camioneta. Nos salvamos y ahora estamos viviendo aquí en lo alto de la comunidad de Llano de las Piedras”.

Alimentación:
A pesar de que en este tramo de camino de Igualita a Tierra Blanquita ya se cuenta con acceso, las tiendas Diconsa siguen sin abastecerse, aún y con los pedidos con urgencia que han hecho las autoridades comunitarias. Esta situación ha generado mucha preocupación a las familias por la escasez de alimentos, debido a que las familias de La Montaña en general no logran producir el 100 por ciento de granos básicos que consumen en todo el año, y hacia el segundo semestre del año empiezan a comprar lo que necesitan sobre todo de maíz y frijol en las tiendas Diconsa.

 Servicios básicos:
Las comunidades de esta zona siguen teniendo problemas con el servicio de energía eléctrica, algunas comunidades como Llano de las Piedras, Llano de Laguna y San Miguel Amoltepec Viejo siguen sin contar con luz eléctrica. A su vez, en buena parte de las comunidades se perdió el agua potable en las viviendas que contaban con este servicio. Antes del desastre, según datos de la SEDESOL, entre un 36 y 61 por ciento de las viviendas de estas comunidades no contaban con agua entubada.

Comunidades en riesgo por nuevos desgajamientos de los cerros:
Las comunidades de Tierra Blanquita, Llano de las Piedras y Llano de la Laguna están muy preocupadas de que existan nuevos desgajamientos de los cerros en donde están asentadas.  En las orillas de las comunidades existen varias grietas y siguen deslavándose partes de los cerros, lo que representa un riesgo por la posibilidad de derrumbes sobre sus viviendas.

El reporte indica que tras tres semanas bajo la lluvia, bajo el desamparo, en momentos la tristeza y la incertidumbre de lo que pasará y el tiempo que ocupará recuperar lo perdido en los pueblos.

Tres semanas en donde también se ha hecho presente la inacción gubernamental, la indiferencia y el autoritarismo de quienes están al frente y toman las decisiones en las instancias de gobierno tanto municipal, estatal y federal que sigue dejando de considerar la palabra, el conocimiento y la petición de los pueblos indígenas.

Tres semanas en donde la acción genuina de la raíz colectiva de los pueblos sale a brote y aún con la adversidad pero siguen buscando apoyo entre sí, y hacia afuera de sus comunidades; buscan alternativas para sortear este momento que se suma a sus ya de por sí difíciles condiciones de vida y en el que nos dan una muestra más de que la acción colectiva, la organización y la solidaridad deben seguir siendo los horcones de fuerza para la sociedad que somos y queremos.

Y nuevamente, entre toda la desgracia, también tres semanas en donde cientos de mujeres y hombres solidarias de todas las partes de nuestro país y de otros países se acercan y ofrecen hermanar esfuerzos para apoyar solidariamente a las comunidades de la región. Sin duda una muestra más de que frente a la indiferencia, la discriminación e ineptitud del gobierno, vuelven a dar la cara la organización comunitaria, la solidaridad de nuestro pueblo y la fuerza de la sociedad civil.

Informes
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