Anunciación.- Mary Clarke mejor conocida como “madre Antonia”  falleció a la edad de 86 años, en el convento de las Siervas Eudistas de la Undécima Hora de Tijuana, el cual ella mismo fundó dijo la hermana Anne Marie Maxfield y donde mujeres mayores de edad consagran su vida al servicio de los presos y atención a sus familiares y mujeres enfermas.

Pero para quien no sabe quien fue esta mujer, la madre Antonia nació en Estados Unidos y tras una vida llena de lujos, prefirió dejar Beverly Hills donde creció, para enrolarse en el servicio y vivir en la prisión de La Mesa en Tijuana, Baja California.

Tras dos matrimonios fallidos, Mary Clarke se dedicó al trabajo caritativo y se vio fuertemente influenciada por el sacerdote Anthony Brouwers de Los Angeles, California. Cuando se ordenó monja en 1977, 13 años después de que murió Brouwers– se hizo llamar hermana Antonia en su honor.

La madre vivió durante 34 años en la prisión, sirviendo y conviviendo con los internos. La estadía no fue nada fácil y ante el ambiente hostil que se vive en una penitenciaria “el ángel de la cárcel” como le llamaban, dejó su legado de humildad y servicio a asesinos, traficantes de drogas, ladrones, violadores y otros reclusos.