Anunciación.- Los recientes desastres naturales al sur de nuestro país, debido a los huracanes Ingrid y Manuel, han sido considerados por diversos expertos como una consecuencia lógica de las diversas alteraciones ambientales que se ha sufrido en esta zona, incrementando su poder de destrucción debido a factores antropegénicos, es decir a la influencia de las acciones humanas en la naturaleza.

En cumplimiento de su misión, Pronatura México, A.C., ha detectado diversos espacios prioritarios cuya situación ambiental ha requerido de la intervención del hombre con fines de restauración y conservación. Es por ello que desde 2011 ha implementado diversos trabajos, principalmente forestales, en el Estado de Guerrero, uno de los sitios que sufrió mayores consecuencias sociales, económicas y ambientales debido a estos huracanes.

Tan solo en 2013 se llevó a cabo un trabajo de reforestación de 350 hectáreas y el mantenimiento de 200 hectáreas de plantación de años anteriores. Estas actividades fueron realizadas, supervisadas y hasta la fecha, han recibido el monitoreo constante de los miembros de las comunidades de Guerrero: Cuescomapa, Chiepetepec, Ayotzinapa, Cacahuatepec, Landa, San Francisco, Acuitlapan, Piedra Imán y Las Compuertas.

En estas regiones predomina el bosque de pino encino, el cual alberga especies de fauna como son el jaguar, puma, zorra gris, aguililla de cola roja, el cuatí y cacomixtle. Debido a la importancia forestal y los servicios ambientales que proporciona esta zona boscosa, como es la captación de agua de lluvia, así como la conservación de estas especies que se encuentran, en su mayoría, en situación de peligro de extinción; es que se determinó realizar diversas acciones de restauración y conservación, que aunado a los esfuerzos y trabajo de los integrantes de las comunidades que habitan la región, se ha convertido en una oportunidad de mejora económica y de calidad de vida de estas personas.

Sin embargo, estas comunidades no quedaron exentas de los desastres naturales propiciados por los huracanes que afectaron al Estado. Actualmente se lleva a cabo un recorrido de verificación en las comunidades y los sitios de trabajo para evaluar los daños. Lo que se ha evaluado principalmente es que son en su mayor parte a la infraestructura de las vías de comunicación en caminos rurales y carreteras federales debido al arrastre de rocas y lodo.

En algunos casos se perdieron cultivos y animales, principalmente en las comunidades de Piedra Imán y Las Compuertas; mientras que en Cacahuatepec 4 casas de adobe se vencieron, al igual que otra vivienda en Coescomapa.

De acurdo a resultados preliminares del monitoreo directo en los sitios de trabajo de Pronatura México, A.C., en las comunidades de Guerrero, se ha determinado que no han sufrido daños considerables, gracias a que uno de los parámetros considerados para la viabilidad en el inicio de los trabajos de restauración implica la ubicación de sitios que se localicen en las partes altas de subcuencas y microcuencas. Esto implica un mínimo arrastre o deslizamiento de suelo sobre la nueva plantación establecida como parte de los trabajos de reforestación.

Sin embargo, algunos factores como el crecimiento de la población, la urbanización y la transformación en el uso de suelos han sido uno de los principales agentes de degradación y deforestación de estos ecosistemas. Es así que del territorio nacional, el 64% se registra con algún tipo de afectación en niveles que van de ligera a extrema.

El agua dulce y los bosques, por ejemplo, son esenciales uno para el otro, en tanto que los bosques permiten la filtración del agua y amortiguan las fuertes lluvias para evitar la erosión de los suelos y el agua transporta nutrientes que distribuye a lo largo de los bosques.

Si bien el agua puede ser filtrada por absorción directa del suelo, las tierras forestales tienen la capacidad de absorber cuatro veces más agua de lluvia que los cubiertos por pastos y 18 veces más que el suelo desnudo.

Es entonces que cobra suma importancia el mantenimiento de zonas forestales que incrementen la captación de agua dulce para reabastecer los mantos acuíferos que a su vez suministran el vital líquido a todas las personas.

Las reforestaciones de zonas despobladas de plantas propiciarán las condiciones para atraer lluvias, distribuir nutrientes al suelo a través de la corriente del agua por él, refrescar y regular la temperatura de un área, reabastecer los sumideros de agua para la flora y fauna del sitio, entre otros beneficios ambientales.

Gracias a los trabajos de reforestación y restauración que se han llevado a cabo en estas regiones, es que se pudo reducir el nivel de intensidad de los desastres naturales que afectaron la región. El suelo era más consistente gracias a las raíces de los árboles, lo que evito grandes desprendimientos de tierra; lo cual sucede en las zonas donde la tierra se desprende como consecuencia de la deforestación y alteraciones por el cambio de uso de suelo.

La eliminación de la cubierta vegetal de un área boscosa puede significar también la pérdida del hábitat de millones de especies, cambios de temperatura que resultan nocivos para plantas y animales, así como la desaparición de su papel crucial para la absorción del bióxido de carbono, uno de los principales gases causantes del efecto invernadero y por tanto, del cambio climático; que a su vez, es uno de los mayores fenómenos naturales que propician la formación de huracanes.

Es importante destacar los trabajos de prevención de la deforestación, reforestación de espacios naturales alterados y la restauración del equilibrio ecológico. El ordenamiento territorial sustentable debe considerar los riesgos naturales, la capacidad y manejo de recursos y los daños a la cobertura vegetal que pueden propiciarse por influencias antrópicas.

La intervención humana debe conllevar a la participación por el mantenimiento de los servicios ambientales en beneficio de todas las personas. Los huracanes Ingrid y Manuel nos recuerdan una vez más que los fenómenos naturales son precisamente una formación natural, sin embargo, su intensidad puede ser alterada y potencializada como consecuencia de las malas prácticas ambientales por parte los seres humanos, desde la ciudad, en el norte o sur del país; todos hemos contribuido de alguna manera a generar las condiciones necesarias para fortalecer los desastres naturales.

Sin embargo, debemos destacar especialmente el aprendizaje de los resultados que quedaron como evidencia respecto a los beneficios que se pueden lograr gracias a los trabajos de restauración.

Gracias a las actividades que en 2013 se han detonado desde Pronatura México, A.C., y se han realizado de manera conjunta con las comunidades, se ha logrado recuperar exitosamente el equilibrio natural y fortaleza de estos ecosistemas, con lo cual ha sido posible reducir el nivel de desastres naturales, sociales y económicos que podrían haberse esperado de no llevarse a cabo esta importante labor de conservación de nuestro patrimonio natural.

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