Anunciación.- La llegada de la orden de los Jesuitas a territorio Yaqui en el estado de Sonora, se remonta al año de 1607. La historia cuenta que en este año se dio el primer contacto con la región del occidente de España.

Durante este año arribó al pueblo yaqui el capitán Diego Martínez de Hurdaide, quien inició una persecución en contra de las tribus yaquis y mayos, con el fin de conquistar su territorio.

Durante esta fecha combaten fuerzas españolas, buscando someter a los yaquis, pero esta tribu logra acorralar a sus perseguidores. Ante la derrota Diego Martínez ordena retirada. Debido a la hazaña en este episodio bélico se ganaron el mote de yoris que significa leones valientes.

Para el año de 1610 los yaqui solicitan misioneros jesuitas, ya que estos vieron el beneficio que traía esta orden y fue para 1617 que los jesuitas Andrés Pérez de Rivas y Tomás Basilio, ingresan a territorio yaqui, respirándose un aire paz.

Estos jesuitas para poder evangelizar y enseñar los dividen en ocho pueblos: Cócorit (Chiltepines), Bácum (lagunas), Vícam (puntas de flecha), Pótam (topos), Tórim (ratas), Huíribis (un tipo de pájaro), Ráhum (remansos) y Belem (Belén).

Los misioneros jesuitas lograron introducir la ganadería, cultivos europeos como el trigo, la vid y mejoraron la agricultura con los avences tecnológicos que introdujeron en la zona. En las misiones el trabajo estaba reglamentado: tres días en los asuntos de la misión, otros tres en sus propias tierras comunales y el séptimo estaba dedicado al culto cristiano.

La evangelización resultó tan eficaz que los ritos actualmente se mantienen tal como los enseñaron los misioneros jesuitas en el siglo XVII, en un sincretismo de creencias ancestrales y creencias cristianas, manteniendo la institución del temastián o catequista indígena y demás autoridades religiosas.