20 de mayo, Día Mundial de las Abejas
Hasta hace unos años a nadie le llamaba la atención la existencia de las abejas, simplemente se daba por sentado que estaban ahí y que eran las fabricantes de la miel. Pocos habían comprendido de qué manera la vida humana está unida a la de estos insectos debido a su labor como polinizadoras.
Gracias a los animales (mariposas, abejas, murciélagos, etc.) que se posan en cientos de flores para alimentarse, el polen se puede mover de los estambres al pistilo permitiendo así que la fecundación y que los frutos crezcan. Cerca del 75 por ciento de los cultivos de frutas y otros alimentos en el mundo dependen de esos polinizadores para sostener su producción con calidad y rendimiento sostenidos. Si desaparecieran no se podría tener una alimentación balanceada.
Día Mundial de las Abejas
Desde 2018, se conmemora el Día Mundial de las Abejas cada 20 de mayo precisamente para invitar a la población a reflexionar sobre la importancia que estos pequeños insectos tienen y qué acciones se pueden tomar para protegerlas.
Se eligió el 20 de mayo en honor al padre de la apicultura moderna Anton Janša quien nació ese día en 1731 en Eslovenia. Aunque estudió para ser pintor, su pasión por las abejas -su papá tenía colmenas-, lo llevó a estudiarlas, escribir sobre ellas y difundir sus conocimientos gracias a la protección de los soberanos del Imperio Austriaco.
En peligro de extinción
En actualidad, el 35 por ciento de las especies polinizadoras invertebradas, en particular abejas y mariposas, están en riesgo de extinción. Los seres humanos son los directos responsables debido a las prácticas agrícolas intensivas, el uso indiscriminado de insecticidas y otros plaguicidas, la introducción de especies de otras regiones; así como los efectos del cambio climático que se traduce en aumentos o disminuciones más extremos en la temperatura.
El primer frente para evitar los peligros a las abejas lo constituyen los agricultores y aquellos responsables de las políticas en ese sector, pero todos podemos contribuir para detener este fenómeno que afecta a toda la humanidad.
¿Qué hacer en el hogar?
Es importante, primero que nada, nunca atacar a una abeja. Si se llega a colar una en el hogar, se debe buscar que salga nuevamente al exterior. Asimismo, comentar con los menores que las abejas sólo atacan si se sienten agredidas y que mueren en el momento en que clavan el aguijón. Por eso, hay que buscar que regresen al exterior sin atacarlas.
En segundo lugar, se recomienda plantar en jardines o en macetas plantas autóctonas, es decir, originarias de la región; procurando elegir diversas especies buscando que florezcan en diferentes épocas del año. Así como cuidar las plantas y flores en áreas comunes o espacios públicos para asegurar su supervivencia.
En tercer lugar, procurar comprar productos a agricultores locales y que tenga prácticas agrícolas sostenibles. Esto incluye la adquisición de miel sin refinar de productores de la zona.
También es importante apoyar así a cualquier productor que esté comprometido con la conservación de los ecosistemas forestales. En algunas zonas es posible apadrinar una colmena para garantizar su conservación.
En cuarto lugar, comentar el tema en familia y con amigos es una forma de extender la conciencia sobre la gravedad de esta situación y la impostergable necesidad de tomar acciones personales y en comunidad.