Anunciación.- Al recibir a los miembros del Consejo de representación y al personal de Caritas Internacional, encabezados por su presidente, el Cardenal Antonio Tagle, el Papa Francisco, dijo que es fundamental la misión de las Caritas nacionales así como su papel específico en la Iglesia.
El Papa Francisco, reiteró que “las urgencias sociales de hoy, requieren que se ponga en marcha una nueva fantasía de la caridad. No son agencias sociales, sino organismos eclesiales que comparten la misión de la Iglesia”.
“Les agradezco tanto, en nombre de toda la Iglesia, por lo que hacen por los últimos. Los aliento a proseguir en esta misión, que hace sentir a la Iglesia como verdadera compañera de viaje, cercana al corazón y a las esperanzas de os hombres y de las mujeres de este mundo. Sigan llevando el mensaje del Evangelio de la alegría, sobre todo a los marginados, pero también a los que tienen el poder de cambiar las cosas, porque es posible cambiar. La pobreza, el hambre, las enfermedades, la opresión no son una fatalidad y no pueden representar situaciones permanentes.
Asimismo, Papa Francisco alentó a Caritas Internacional en lo que se refiere al tema de las migraciones, invitando a perseverar en el coraje evangélico, a rechazar todo lo que humilla al hombre y toda forma de explotación que lo degrada, e impulsando la paz.
“Me alegra mucho saber que Caritas Internacional llevará adelante una campaña sobre el tema de la migración. Espero que esta bella iniciativa abra los corazones de tantos a la acogida de los refugiados y de los migrantes, para que realmente puedan sentirse “en casa” en nuestras comunidades. Impulsen con esmero y renovado compromiso los procesos de desarrollo y los caminos de la paz en los países de los que estos hermanos y hermanas huyen o dejan buscando un futuro mejor”.
El Papa Francisco también exhortó a luchar contra la pobreza y aprender de los pobres. “Luchen contra la pobreza y, al mismo tiempo, aprendan de los pobres. Déjense inspirar y guiar por su vida sencilla y esencial, por sus valores, por su sentido de solidaridad y su compartir, su capacidad de levantarse en las dificultades, y, sobre todo, por su experiencia vivida del Cristo sufriente, Él que es el único Señor y Salvador. Aprendan, por lo tanto también de su vida de oración y de su confianza en Dios”.