La patria también es madre

10 mayo, 2021

Hemos de reflexionar sobre una maternidad más amplia. Pensar en la patria como madre. Es un territorio circunscrito en la Tierra, es el sitio donde habitamos, está delimitado. Generalmente ese territorio es el mismo durante toda nuestra vida, pero si varía podemos decir que nuestro amor a la Tierra es más extenso, y eso nos enriquece porque se amplía el horizonte y se multiplica la riqueza al conocer más paisajes y convivir con más culturas.

La patria, esa porción de Tierra, es madre y nos ofrece sitio donde estar, donde trabajar o donde descansar. Allí nos arraigamos y hay sentido de pertenencia. También nos ofrece alimento y múltiples relaciones, no sólo con nuestros semejantes sino con otras especies animadas o inanimadas, y aprendemos a utilizarlas descubriendo sus propiedades.

El clima y el paisaje son también muy importantes porque con el clima aprendemos a distinguir sus beneficios y a protegernos cuando resulta extremoso. La creatividad se desarrolla. El paisaje estimula nuestra sensibilidad y establecemos vínculos en donde mostramos preferencias ante los colores, la luz y los fenómenos variados que aparecen. Ese pedazo de terreno se vuelve nuestra madre, nuestro cobijo, es nuestra patria.

Estas influencias que recibimos son comunes a las personas que conviven en ese territorio y van forjando costumbres y cultura. Aprendemos a convivir, a compartir y a valorar. De allí surgen modos de comunicación: un lenguaje cercano, y estilos de vida semejantes porque procesamos del mismo modo los alimentos.

O utilizamos los mismos materiales para construir y el estilo de las casas adopta un sello específico. También, algo semejante sucede con la indumentaria, adaptada al clima y al modo de producir los textiles.

Ante la conmemoración del día de las madres, convendría reflexionar en el modo como tratamos a nuestro entorno. ¿Cuidamos las riquezas que nos ofrece: aire, agua, frutos? ¿Cuidamos el modo de cultivar, de construir, de compartir, de convivir, de educar, de corregir?

¿Aprovechamos los recursos para el bien? Hay plantas alimenticias, hay plantas medicinales. Pero también hay alucinógenos, enervantes que destruyen a las personas porque las convierten en compradores compulsivos al caer en las dependencias. ¿Somos capaces de frenar esos abusos? Frenarlos a tiempo antes de que los mafiosos sean más y nos aplasten.

Este es un buen momento de reflexionar y rectificar si hace falta. Nuestra madre patria espera todo de sus buenos hijos.