La historia de la humanidad está íntimamente ligada a la evolución del caballo; desde pieza de caza en la prehistoria hasta hoy en día, el caballo ha influenciado tan profundamente la vida humana, hasta el punto de que el hombre se describe a sí mismo en términos, como caballeroso o caballero, que atestiguan esta antigua y estrecha relación. 

Los caballos han impreso en la historia de la humanidad un ritmo a galope ininterrumpido, el rostro del mundo que conocemos hoy ha sido diseñado por los pueblos a caballo, nuestra historia está escrita en los pasos de los caballos. Antes de su encuentro con el hombre, el caballo ha experimentado una larga evolución cuyas etapas fueron más numerosas que las del hombre.

El caballo acompañó al hombre cuando se hizo sedentario y se convirtió en agricultor, fue su fiel acompañante en sus constantes migraciones y en las guerras por conquista de territorios. Esta estrecha relación con los seres humanos ha permitido a los caballos, así como a otros mamíferos domesticados por el hombre, leer e interpretar los gestos, las intenciones y las emociones humanas.

Esta cualidad ha sido aprovechada para destacar su rol como facilitador terapéutico a través de la equinoterapia. Esta terapia utiliza el movimiento, el calor corporal y el carisma del caballo para sanar algunas enfermedades fisiológicas o psico emocionales; a diferencia de otras intervenciones, es posible llevarla en un ambiente abierto, que estimula a los pacientes y les da la oportunidad de salir de las cuatro paredes donde generalmente se aplican otro tipo de terapias.

Cuando el caballo se desplaza en cada pata, en su cadera se produce un movimiento de un lado hacia otro, haciendo que el jinete –en este caso una persona con discapacidad- tenga más flexibilidad y extensión en el tronco.

Al mismo tiempo, este movimiento promueve la generación de procesos mentales, liberándose seratonina, dopamina y endorfinas, que al ser liberadas producen la sensación de placer y bienestar; este mecanismo es importante porque mientras el sujeto en rehabilitación esté realizando la actividad arriba del caballo –y la percibe como una diversión-, su sistema nervioso central está trabajando y está siendo estimulado. El calor corporal del caballo y los 110 movimientos diferentes por minuto que éste hace, son transmitidos al sujeto en rehabilitación, en consecuencia, no hay un solo músculo ni zona corporal, desde el coxis hasta la cabeza, al que no se transmita un estímulo. Estos estímulos ayudan a “calentar” los músculos de los pacientes y ayuda a que comiencen a moverlos con suavidad, realizando pequeños avances en sus sesiones.
En términos generales la equinoerapia es una técnica de rehabilitación que brinda beneficios físicos, neurológicos y psíquicos en los pacientes. En el aspecto físico, mejora el equilibrio, la movilidad, mejora la postura y el tono muscular. En el plano neurológico, al mejorar la postura, el paciente logra una espina dorsal más eficiente y las instrucciones que manda al cerebro son de mejor calidad. Mientras que en el plano psíquico, la equinoterapia estimula la atención y la concentración; por lo que es ideal para aquellos pacientes que presenten problemas de comportamiento y comunicación.
Desde Metepec, en el Estado de México, Rehabilitación Infantil Equinoterapéutica, I.A.P., constituida ante la Junta de Asistencia Privada del Estado de México, (JAPEM) brinda este tipo de terapia ofreciendo cuota de recuperación muy baja, e incluso con alumnos totalmente becados que reciben el servicio gratuito.