Anunciación.- El Papa Francisco afirmó que “el hambre no es una enfermedad incurable” y convocó a superar los conflictos y los cambios climáticos para alcanzar la “seguridad alimentaria”, al visitar la sede en Roma de la oficina de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO).  

“Está claro que las guerras y los cambios climáticos ocasionan el hambre, evitemos pues el presentarla como una enfermedad incurable”, advirtió el pontífice argentino al hablar ante el plenario de la FAO, en ocasión de la Jornada Mundial de la Alimentación.

El Pontífice señaló que es necesaria “una mayor responsabilidad a todos los niveles, no sólo para garantizar la producción necesaria o la equitativa distribución de los frutos de la tierra, sino sobre todo para garantizar el derecho de todo ser humano a alimentarse según sus propias necesidades”.

Ante tal objetivo, consideró que “está en juego la credibilidad de todo el sistema internacional”, por lo que pidió impulsar nuevas acciones y financiar programas que “combatan el hambre y la miseria estructural con más eficacia y esperanzas de éxito”.

El Papa Francisco sostuvo que “también las muertes a causa del hambre o el abandono de la propia tierra son una noticia habitual, con el peligro de provocar indiferencia.
Llamó a introducir en el lenguaje de la cooperación internacional conceptos como el amor, la gratuidad, la igualdad de trato, la solidaridad, la fraternidad y la misericordia.

También instó a “alejar la tentación de actuar en favor de grupos reducidos de la población” y de utilizar las ayudas “favoreciendo la corrupción o la ausencia de legalidad”.
“Si el objetivo es el de favorecer una agricultura diversificada y productiva, que tenga en cuenta las exigencias efectivas de un país, entonces no es lícito sustraer las tierras cultivables a la población, dejando que el acaparamiento de tierras siga realizando sus intereses”, apuntó.

Francisco destacó que el hambre y las migraciones sólo se pueden afrontar yendo a la raíz del problema, entre ellos los conflictos y el cambio climático, que no son una “enfermedad incurable”.
Y se preguntó: “¿De qué vale denunciar que a causa de los conflictos millones de personas sean víctimas del hambre y de la desnutrición, si no se actúa eficazmente en aras de la paz y el desarme?”