Anunciación.- Hace un par de días tuve la oportunidad de visitar y conocer La Gaviota. Ubicada en la zona poniente de la Ciudad de México, la Institución de Asistencia Privada (I.A.P.) es un centro de estimulación temprana para niños con discapacidad e, igualmente, para niños regulares. La OSC, preocupada ampliamente por un servicio integral educativo y de rehabilitación, logra contar, con un entusiasmo ferviente, sobre las peculiaridades en las historias en cada uno de los sonrientes y pequeños estudiantes. 

Las fotografías, de la mano de este reportaje escrito, dan cabida sobre el cálido, entusiasta y espléndido ambiente que se logra desarrollar dentro de las instalaciones. Durante mi asistencia fui acompañado por la directora académica, Maricarmen Sanpedro, quien me platicó sobre los diferentes programas, las distintas atenciones hacia los pequeños, las preocupaciones de la institución y el caso particular de Mario, uno de sus niños beneficiados.

Las atenciones hacia los niños me parecieron extraordinarias. Primero, una trabajadora social realiza un historial de desarrollo familiar, clínico, social y de aprendizaje sobre el menor. Posteriormente, llevan a cabo una valoración física y de lenguaje, para lo cual se sirven de sus tres programas, según sea el caso: terapia física, terapia de lenguaje y equinoterapia. Pero lo interesante aquí es la construcción del camino con cada uno de ellos, puesto que cada niño tiene adecuaciones y currículas flexibles, las cuales se adaptan a las dificultades y necesidades específicas.

Desafortunadamente, me platica una de las terapeutas, muchos de los niños ingresan a la institución sin un diagnóstico previo. Ello es una situación ampliamente perjudicial para el desarrollo íntegro y óptimo de los niños. Sumándose a ello, los obstáculos culturales que enfrentamos, en cuanto al freno sobre la importancia de las personas con discapacidad, representan un freno para la sociedad mexicana. Por fortuna, instituciones como La Gaviota, a través de su labor altruista, propician un desarrollo de vida con una mayor calidad para los infantes y nos hacen entrever que sí se puede cambiar a México.

Por otro lado, la institución apuesta a la inclusión. En su preescolar, por ejemplo,  hayamos niños con alguna discapacidad conviviendo y estudiando codo a codo con niños que no padecen alguna discapacidad. Esta situación, de alguna manera, fortalece la integración en distintos aspectos, puesto que, del hecho de no padecer alguna discapacidad, no quiere decir que no exista alguna deficiencia académica, de lenguaje o motriz, con lo que se intenta un apoyo mutuo entre los pequeños. Además, cabría destacar al decirlo, esto ayudaría a contrarrestar las condiciones de discriminación hacia las personas con discapacidad.

Mientras recorría cada uno de los salones de clase, me percate de lo pequeño de los grupos (lo cual resulta una gran ventaja para con los niños), de las atenciones de las profesoras y sus asistentes a los niños, de la participación activa de los prestadores de servicio social y de la gran sonrisa en cada uno de los pequeños mientras trabajaban y se divertían. Los ejercicios en las aulas (que para nada eran aburridos) parecían divertirles a los niños con lo cual, a su vez, lograban un aprendizaje.

Pero los avances con cada uno de los niños, aunque a pasos cortos, ocurre con una organización estructurada entre las profesoras. Claudia Castro, quien lleva quince años siendo colaboradora altruista en la OSC y es licenciada en educación preescolar, resaltó la importancia de trabajar en conjunto. Puesto que presentan un informe cada tres meses a los padres de los niños, destacan con ellos los avances y dificultades en el nivel académico, sobre los ejercicios de tarea para trabajar en casa y demás actividades que ayuden al menor a estimularlo para lograr un desarrollo adecuado. Además, mantienen el contacto frecuente con la terapeutas, con las cuales comparten información acerca del área a la que pertenecen y, con las profesoras acerca de las experiencias y opiniones acerca de los alumnos.

De modo que los niños son acompañados en conjunto, tanto de parte de la institución, como desde el lado familiar, por lo que logran una base fuerte y estimulante para un íntegro desarrollo. El trabajo en red es uno de los beneficios que lleva consigo: el avance pleno. Pero se destaca todavía más cuando se acompaña, como es el caso de esta I.A.P., con actividades y ejercicios divertidos.

Claudia, además, me comentó sobre Mario, un niño beneficiario de cuatro años que padece espectro autismo. Al ingresar, hace dos años, se encontraron con un enorme reto para enfrentar, puesto que tenía poca tolerancia hacia una gran mayoría de actividades, llevaba una mala alimentación, los problemas del lenguaje eran grandísimos y el desinterés por la socialización permeaba cada aspecto de su vida. Sin embargo, después de seis meses, la situación fue transformándose hacia una completamente distinta.

Actualmente Mario ha mejorado su alimentación, entiende, aunque en un nivel menor, las normas sociales dentro y fuera de su salón de clases, han logrado encontrar estrategias, en conjunto con sus profesoras, para calmar sus crisis de ansiedad, tolera la música y el ruido, entre otra serie de rasgos que, aunque nos puedan parecer mundanas, son el resultado de una comprensión y trabajo constante en distintas secciones de su vida. Además, los padres de Mario se encuentran fascinados con los avances logrados hasta el momento.

Casos como el de Mario, son el producto de un trabajo de características complejas, en los que la marcha, aunque aparentemente lenta, representan grandes progresos para el niño. Este tipo de instituciones, logran cambiar ampliamente la calidad de vida de las niñas y niños, transformándolas en la medida de lo posible. Por otra parte, sin el arduo e incansable esfuerzo y dedicación de Maricarmen y Claudia, las sonrisas y satisfacciones no se verían reflejadas en los niños y las familias beneficiadas.

La Gaviota, una institución acogedora, calurosa y empática, es una organización que participa, con pequeñas y grandes acciones, activamente para transformar la vida de México. Te invito a apoyar la causa de la I.A.P., porque ellos subsisten a partir de donaciones en moneda y en especie y porque ellos hacen lo más que pueden para ayudar al prójimo, en su día a día. Aquí abajo te comparto los números telefónicos, correo electrónico y ubicación, junto con otros datos. Además, comparte la nota en tus redes sociales, porque difundir es también aportar un granito de arena para transformar la vida de cualquiera que sea.

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Nota escrita por Pedro Jacobo López del Campo
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