Las grandes revoluciones tecnológicas de los últimos siglos
Hace pocos días veía un video sobre los importantes cambios tecnológicos de los últimos tiempos que, sin duda, resultan sorprendentes.
En el Siglo XVIII, James Watt patentó la primera máquina de vapor que sirvió en forma importante a las fábricas, a los barcos y trenes de vapor. Con la aclaración de que, en los siglos anteriores, muchísimos científicos fueron dando los primeros pasos hacia este trascendental descubrimiento que impulsó la revolución industrial.
También observaba, una populosa ciudad de finales del siglo XIX en la que circulaban por las calles numerosas personas. Los medios de locomoción de entonces eran: caballos, carretas, diligencias, tranvías arrastrados por mulas, o sencillamente, a pie.
Ninguna calle estaba pavimentada, así que se miraban polvorientas o encharcadas por las lluvias. No había sistema de drenaje ni agua potable ni luz eléctrica. Era típico observar a los transeúntes brincando sobre cada charco para evitar caer en los lodazales y no faltaba quien fallará en sus cálculos se fuera de bruces.
El primero de enero de 1845, Samuel Morse y Alfred Vail inauguraron la primera línea telegráfica de Estados Unidos entre Washington y Baltimore.
Con la aportación de los focos o lámparas incandescentes por Thomas Alva Edison (1847-1931), de pronto, se comenzaron a iluminar las grandes ciudades. En todo el mundo querían instalar plantas de luz eléctrica. Aparecieron los tranvías eléctricos. Y, sobre todo, la electricidad sustituyó al vapor: en los barcos, coches, máquinas de ferrocarril.
Otros de sus descubrimientos que benefician a la humanidad fueron: un telégrafo más perfeccionado (cuádruplex); el micrófono de carbón, las baterías de níquel-hierro, invención de los primeros vehículos eléctricos, el primer proyector cinematográfico, el fonógrafo, el mimeógrafo, el sistema de distribución de electricidad, las primeras grabadoras de sonido.
Después, entre Alexander Graham Bell y el italiano Antonio Meucci descubrieron el teléfono. Instrumento de comunicación que se hizo indispensable en nuestra época.
En 1886 se patentó el padre de todos los coches: “Benz Patent-Motorwagen” y tuvo una rápida evolución y perfeccionamiento. Luego, Henry Ford -empresario visionario y fundador de la compañía “Ford Motor Company”- diseñó las cadenas modernas de producción para obtener la producción en masa. Pronto lanzó el célebre “Ford Modelo T” mucho más económico y al alcance de la familia media norteamericana y “de la noche a la mañana” el país entero fue inundado por este original y eficiente coche.
En el terreno de la medicina Luis Pasteur descubrió la vacuna antirrábica en 1885; Wilhelm Conrad Rontge descubrió los Rayos X en 1895. Por otra parte, Pierre y Marie Curie realizaron importantes investigaciones sobre la radioactividad; Madame Curie logró aislar los elementos del radio y polonio. El científico Alexander Fleming, en 1928, descubrió la penicilina, que salvó a millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial. En 1997, Francis Collins, por encargo del Presidente Bill Clinton, realizó, con su equipo de genetistas, el primer mapa del Genoma Humano. (ADN).
En fecha más reciente Bill Gates y, junto con Paul Allen, fundaron la empresa “Microsoft” con su novedoso sistema operativo para computadoras personales “Windows”.
Steve Jobs fue el otro gran revolucionario de la cibernética, con su famosa PC “Apple”, sus avanzados celulares y genialidades como el iPod, el iPhone, el iPad y sus numerosas aportaciones a la industria del entretenimiento (iTunes, Pixar, etc.).
Cabe destacar que la mayoría de estos científicos e investigadores tuvieron –en un principio- innumerables incomprensiones; padecieron pobreza, hambre. Recuerdo el caso de Madame Curie que recibía una escasa pensión mensual y se la gastaba en comprar libros para continuar profundizando en sus investigaciones sobre la radioactividad y le sobrevino una anemia.
El que sería su esposo, Pierre Curie, se percató de esta situación y la hospitaliza para que saliera de esta crisis. A continuación, él se encargó de su manutención alimenticia. También, Bill Gates y Steve Jobs relatan que, a falta de medios económicos, comenzaron sus trabajos de investigación en garajes o dónde se pudiera.
En 2007, el Dr. Francis Collins, quien –como hemos señalado- realizó el “Proyecto del Genoma Humano” (2000) reveló en su libro “El Lenguaje de Dios” que en sus investigaciones de Biología, Química y Genética existía una Inteligencia Superior que todo lo ordenaba y le daba una asombrosa lógica. Collins era ateo y a través de sus descubrimientos se dio cuenta que había una íntima relación entre la ciencia humana y la Teología.
Así que se convirtió a la fe cristiana. En este trascendental libro concluye: “El Dios de la Biblia es también el Dios del Genoma. Se le puede adorar en las catedrales o en los laboratorios, porque su creación es majestuosa, sobrecogedora, complejísima y bella y no puede estar en contradicción consigo misma”.