FUNDECER: para el crecimiento del cerebro y la correcta educación
Fotos: FUNDECER IAP
La Fundación para el Desarrollo del Cerebro (FUNDECER) IAP fue fundada en 1995 por el profesor Joaquín Castelán Ramírez con la intención de mejorar la calidad de vida de niños con problemas de aprendizaje, conducta (también conocidos como TDA o Trastorno por Déficit de Atención), con síndrome de Down, discapacidad intelectual y personas de la tercera edad.
Su principal labor es dedicarse al desarrollo de la función cerebral, al realizar un diagnóstico correcto. El TDA, es considerado como un trastorno de desarrollo neuronal que, por lo general, aparece en la primera infancia y afectan al desarrollo del funcionamiento personal, académico y social.
Los trastornos del desarrollo neurológico pueden implicar disfunción en una o más de las siguientes áreas: la atención, la memoria, la percepción, el lenguaje, la resolución de problemas o la interacción social.
Sin embargo, considerar a un niño con TDA sin un estudio previo, puede afectar aún más al desarrollo del infante, calificándolo como alguien con problemas de aprendizaje sin investigar las razones que lo provocan. Así lo mencionó Joaquín Castelán “primero le atribuyen al niño el problema de aprendizaje y luego tratan de definir qué es el aprendizaje y se confunden y lo confunden”.
Es por esto, por lo que Castelán Ramírez sugiere llevar a cabo un enfoque interdisciplinario en el que intervengan diversos especialistas con un fin común: organizar la actividad neuronal para incrementar la eficiencia del cerebro.
Al examinar el problema se debe analizar la relación con el entorno que influye en el comportamiento del infante, siempre existirá una relación entre el cerebro y el ambiente que lo rodea, si el ambiente le es aburrido su atención se desviará hacia un área que le parezca más interesante.
Así es como FUNDECER IAP recurre a construir la historia clínica pedagógica del niño mediante el maestro encargado de su educación escolar y los padres del niño quienes son directamente los sujetos encargados de su aprendizaje, poniendo especial atención en las condiciones en que el niño se muestra inquieto, distraído, en cuanto tiempo le cuesta hacer cierta actividad, la forma en que le enseñan y todos los datos posibles conforme a su aprendizaje.
Además de examinar la actividad eléctrica del cerebro mediante un encefalograma, relacionándolo con la conducta del niño obteniendo un mapeo cerebral.
Es decir, se realiza un análisis cuantitativo de frecuencias las cuales demuestran la función del cerebro que se divide en cuatro ritmos, Alpha, Beta Delta y Theta. El ritmo Alfa está enfocado en la atención del paciente, mientras que el ritmo Delta, refiere al sueño profundo, cuando la frecuencia del ritmo Delta aumenta, el ritmo Alpha disminuye, es decir, comienza el proceso de déficit de atención.
Así es como se puede deducir que si la función cerebral no se ha manifestado como se desea es porque la estructura organizadora de esa función del cerebro no ha madurado o no ha tenido una enseñanza adecuada en el programa escolar o en el núcleo familiar.
Detectando donde está el déficit, el profesor Joaquín lleva a cabo un método cinesiológico que consta de actividad física intensa para activar el ritmo Alpha, es decir para activar la atención, esta actividad está ligada a las condiciones del niño y a sus propios intereses.
Dentro de los estudios que ha realizado el profesor, ha publicado diversos textos sobre la educación de los niños, estos textos se encuentran en Calameo buscando el perfil del profesor Joaquín Castelán Ramírez.
La Fundación para el Desarrollo del Cerebro cobra una cuota mínima de cuatrocientos pesos para el estudio de encefalograma, apoyando a las familias de escasos recursos ahorrando miles de pesos en este tipo de estudios.
Fundación para el Desarrollo del Cerebro IAP.
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