Paulo Freire, la educación como herramienta de cambio social
Por: Ángel Santillán Mora
Paulo Freire nació en Recife, Brasil, el 19 de septiembre de 1921 en el seno de una familia de clase media pobre, Freire conoció a la pobreza y el hambre durante la Gran Depresión de 1929, desde muy joven se preocupó por la educación de las personas que lo rodeaban, debido a la gran vocación que tenía.
Freire ingresó en la Universidad de Recife en 1943, en la Facultad de Derecho, en donde estudió filosofía y psicología del lenguaje al mismo tiempo. En 1946 Freire fue nombrado Director del Departamento de Educación y Cultura del Servicio Social en el Estado de Pernambuco.
De mirada fuerte, barba pronunciada, y unos lentes negros que lleva en todo momento, nos miramos; en sus ojos se ve un cierto interés que evidencia un gran entusiasmo por iniciar la conversación. No dude en empezar con la siguiente pregunta:
—¿Qué es la educación?
—La educación es un canto de amor, de coraje hacia la realidad que no teme y que más bien busca que transformar con espíritu comprometido y fraternal. Por ello la educación es diálogo, comunicación entre los hombres, que no se da en el vacío sino en situaciones concretas de orden social, económico y político.
Sin duda las respuestas de Freire sobre la educación me tienen sorprendido. En su casa hay decenas de estudiantes que buscarán aprender del gran maestro. En ese momento Paulo me pide que salgamos al patio de su casa, un lugar que también es un santuario para él.
—¿Qué es la alfabetización?
—Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado.
A los lejos se ve una estudiante que arduamente aprende; una mujer de unos 20 años; cabello largo y mirada tenue, que acompaña con un vestido rosa; con gran entusiasmo busca seguir aprendiendo. Ese momento fue idóneo para externarle la siguiente pregunta:
—¿Qué relación hay entre el educador y el educando?
—Los educandos se transforman en “investigadores críticos” en diálogo con el educador, quien a su vez es también un “investigador crítico”. El papel del educador es el de proporcionar las condiciones para que el educando pase del nivel de la doxa (opinión) al nivel del logos (conocimiento veraz) en su comprensión del hombre y del mundo.
Platicar con una persona tan interesada en la educación es un momento único en mi vida, pero el tiempo se ha terminado y es momento de irme. Al salir de la casa de Paulo Freire me dice que vuelva con el algún día, algo que sin duda hare; las personas dejan un aprendizaje muy importante en la praxis cotidiana.
“La educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo”
Un texto dedicado a Diana Erika Sánchez López