Sor Juana

Sor Juana Inés de la Cruz, una conversación con la décima musa

3 agosto, 2020

Por: Ángel Santillán Mora

Sor Juana Inés de la Cruz nació en San Miguel Nepantla, Nueva España, el 12 de noviembre de 1648 en el seno de una familia religiosa –hija de un padre español y madre mexicana–, desde temprana edad fue una mujer que cultivaba su cabeza; aprendió a leer y escribir de manera autodidacta desde muy joven.

De cejas largas, mirada tranquila, ojos redondeados muy profundos y nariz alargada; me mira directamente a los ojos, sin duda me cohibo ante la gran mujer que tengo frente a mí. Con su velo blanco y negro que acompaña con zapatillas alargadas me dice: “Bienvenido”.

Asimismo, Sor Juana balbucea con voz suave pero segura de sí misma y reflexiona sobre el “Divino Amor” o “Dios en cuanto Dios”, es decir: aborda la relación de la criatura humana y la deidad creadora, que la lleva a esta platica a preguntar lo siguiente:

–¿A qué te refieres que Dios es la materia?

–Así la humana mente, su figura trasunta, y a la Causa Primera siempre aspira -céntrico punto donde recta tira. la línea, si ya no circunferencia, que contiene, infinita, toda esencia.

Sin duda las respuestas de Sor Juana me tienen impresionado; es una mujer con una capacidad increíble; me da un recorrido en la casa donde vive con el virrey Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera y la virreina, Leonor de Carreto. Hablamos un poco de amor y es momento de preguntarle lo siguiente:

–¿Qué es el amor divino?

–– Citaré a Athanasius Kircher: “Todas las cosas salen de Dios, que es el centro a un tiempo y la circunferencia de donde salen y paran todas las líneas criadas”, menciona Sor Juana con gran decisión.

Sor Juana Inés me guía al jardín del lugar que está instalado justo a las afueras de la casa de los virreyes, donde se ha sido uno de los sitios de inspiración de Sor Juana Inés De la Cruz; ahí uno de los empleados de la casa nos proporciona un vaso con agua. Un momento ideal donde convergemos con la naturaleza para hablar del “Primero Sueño”.

–¿Qué es el Primero Sueño?

“El sueño todo, en fin, lo poseía: todo, en fin, el silencio lo ocupaba; aun el ladrón dormía: un el amante no se desvelaba…”

He quedado impresionado con las respuestas de la mujer y es que me tiene realmente cautivado. Para Sor Juana la forma superior del amor humano es aquel que no precisa reciprocidad y me cita uno de los versos que ha escrito:

“Quererlo porque él me quiere, no es justo que amor se nombre; que no ama quien para amar el ser amado supone.

No es amor correspondencia; causas tiene superiores: que los concilian los Astros o lo engendran perfecciones.

Quien ama porque es querido, sin otro impulso más noble, desprecia al amante y ama sus propias adoraciones.”

Estar al lado de ella siento que la existencia de Dios es una figura irrepetible; metafísica y llena de misticismo. Es momento de terminar la plática, Sor Juana Inés me encamina hasta la salida de su casa y me pide entusiasmada que vuelva con ella algún día. Con gran felicidad le digo: ¡Volveré con la décima musa!…

“¿Cómo será esto, mi Dios, que yo creo en Vos, y aunque creo lo que veo no veo todo lo que creo?”

Un texto dedicado a Diana Erika Sánchez López…