Cómo combatir la tristeza
Por: Ana Teresa López de Llergo
Como reacción a algún acontecimiento no grato respondemos con el sentimiento de la tristeza. Es una respuesta normal y nos sucede a todas las personas. Sin embargo, hay sentimientos estimulantes y otros paralizantes. La tristeza frena, por eso, hemos de tratar de que su duración sea lo suficiente para desahogar al suceso negativo, pero no debe permanecer.
En la práctica, este consejo no resulta fácil porque hay sucesos muy hirientes y, por lo tanto, tristezas muy hondas. Como el estado de ánimo influye en la conducta, siempre se aconseja salir de la tristeza. El hacerlo no debe excluir el reconocimiento de estar triste con fundamento.
Reconocer lo doloroso es importante, aunque no es lo mismo que ignorar su padecimiento, eso es adecuado, pero se ha de combatir para que no paralice el actuar en el futuro. La pandemia actual supera cualquier acontecimiento anterior, por eso ahora es preciso afrontar la tristeza, pero tratar de salir de ella lo más pronto posible.
Una gran persona, sabia y santa, Tomás de Aquino propuso cinco modos de combatir la tristeza. Son garantía de hacer lo correcto.
El primer consejo es buscar una distracción grata, algo que nos gusta. Buena música, una lectura, un paseo, una compra, mejorar la apariencia,…, todo con equilibrio, pero estimula. Levanta el ánimo.
El llanto a tiempo es magnífico desahogo. No reprimirse. Si alguien lo nota entenderá el sufrimiento y admitirá la oportunidad de esa reacción. Encontraremos comprensión. Si se inhibe y tarda el llanto, tal vez provocaremos desconcierto, y eso duele y agranda la herida.
El tercer consejo es sentir la compasión de un buen amigo Por eso, no es bueno aislarse de quienes nos quieren. Ellos no podrán remediar los hechos, pero les saldrá espontáneamente el deseo de acompañar, de comprender, de compadecer. Esto hace menos duro el padecimiento.
Luego, Santo Tomás habla de contemplar la verdad. Esto se logra aceptando los sucesos. Es un modo de reducir el mecanismo de defensa de negar o de evadir. También puede practicarse con el estudio de algún tema interesante o descubriendo hechos ejemplares de personas reconocidas.
Por último, recomienda dormir y/o darse un buen baño. Con esto se fomenta el descanso y la distensión.
Todo esto es accesible y muy aconsejable.