¿Hasta cuándo?

21 abril, 2020

Por: Socorro Eugenia Quijano Villanueva

“No tengan miedo” repetía durante su vida el máximo líder del mundo católico hoy San Juan Pablo II.

Lo pequeño tomó dimensiones de gigante y desde hace más de dos meses vivimos en un mundo paralizado paulatinamente por el miedo a la muerte. Sentimiento que cada uno experimentamos de distinta manera y lo enfrentamos con coraje, con verdadero temor o con una disfrazada indiferencia.

Quizás algunos creyeron que la pandemia no llegaría a México, a sus provincias hermosas y tranquilas, pero, no es así. El mundo entero está arrodillado y orante ante un “enemigo invisible” y letal.

Se habla de que en Londres y Alemania no ha afectado tanto, pero lo cierto es que hoy el mundo está arrodillado viviendo una “película de ciencia ficción”. En la que no hay actores secundarios, todos somos protagonistas, podemos infectar y ser infectados.

Pero, la naturaleza respira con el paro de las empresas y tráfico contaminante. Se oye que hace unos días bajaron a 30 de las plataformas petroleras de la Sonda de Campeche y que los habitantes de la Isla del Carmen están aterrados por el peligro que esto representa.

En Campeche no se sabe de fallecidos por el Covid 19. Sin embargo, ya no se puede transitar libremente después de las 10 de la noche porque las vialidades principales para la comunicación están cerradas, las playas patrulladas para que los habitantes no se refresquen del calor con un buen baño de mar

Videos van y vienen en las redes sociales recomendando diversas mascarillas remedios preventivos y explicaciones de los acontecimientos.

Nunca había pasado esto, pero ¡puede volver a pasar! Aún no sabemos cuándo terminará esta pesadilla de aislamiento “voluntario” ni quién es el verdadero responsable de tantas muertes y tanto dolor. Confiamos en la Misericordia de Dios todo poderoso y le pedimos que intervenga para que la naturaleza no haga con nosotros lo que le hemos hecho a ella.